“Última llamada a la fraternidad Gran Tradicional Auténtica Diablada de Oruro. Por favor aproximarse al inicio”. El grito se oía por el altavoz en la calle Aroma de Oruro cerca de las 9.05 de ayer mientras decenas de diablos, ángeles, chinas supay, osos y músicos buscaban sus puestos.
Un golpe de platillos anunció el inicio de la entrada del Carnaval de Oruro. Bajo este llamado, unos 50 mil danzarines recorrieron todo el día los seis kilómetros que llevan hasta la iglesia del Socavón. Un año más, demostraron su fe, pasión y devoción a la Virgen Morena, patrona del lugar.
“Ay mamita, ¿dónde has estado toda mi vida?”, gritaba un muchacho de no más de 25 años que hacía sonrojar a una bailarina de la Morenada Central Oruro. En respuesta al cumplido, la morena de diminutas polleras y pronunciado escote mandó un beso al galán. Más piropos llovieron al ritmo de coquetas caporalas, chinas y tobas que lucieron trajes entallados, escotes, faldas cortas e incluso diminutas tangas.
A su paso por la plaza 10 de Febrero, Tatiana Torrico, Predilecta del Carnaval de Oruro 2009, se robó los aplausos de los asistentes y captó la atención de los diferentes medios de comunicación. “Es el primer año que bailo en Oruro. Para mí esta es una experiencia indescriptible. Le he prometido a la Virgencita bailar por tres años. A cambio le estoy pidiendo unión para este Carnaval y para todo el país”, expresó a La Razón.
La Predilecta ya había recorrido más de tres kilómetros. A esa altura, la fatiga se delataba en su rostro. Sin embargo, sonriente aseguró que más que cansancio, sentía “mucha emoción de participar en la entrada”.
Un sol radiante acompañó el paso de los danzarines mientras algunos grupos de jóvenes aprovecharon el buen clima para jugar con agua y atacar con espuma a los transeúntes.
El ministro de Culturas, Pablo Groux, evaluó el ingreso de los bailarines como impecable. “El patrimonio de la humanidad está transitando en las calles de Oruro. Salvo un pequeño retraso al inicio, creo que todo está muy regular, no hay espacios vacíos”, comentó la autoridad.
Groux reconoció que los esfuerzos en la organización de este Carnaval. “Aún no son óptimos. Creemos que se puede mejorar más en la participación”.
Cada año, el Carnaval de Oruro —declarado Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad el año 2001— recibe cerca de 250 mil visitantes del interior y del exterior del país, quienes quedan cautivados por el despliegue de danzas, los trajes y la alegría de los integrantes de las bandas.
Este año, Ana María Álvarez encabezó el paso de la banda Pagador de Oruro. Con un traje turquesa, la platillera se robó los aplausos por la coreografía y la emoción que imprimía en cada una de sus notas y sus movimientos. “Por tres años estuve en Europa y me he perdido el Carnaval. Ahora estoy feliz de haber regresado a tocar con esta espectacular banda para mi Bolivia”, comentaba mientras medios de comunicación nacionales y extranjeros hacían un gran despliegue técnico para la cobertura.
Otra figura que se robó cientos de aplausos fue el cóndor del Conjunto Tradicional Diablada Oruro, Franz Carlos Yugar, quien lleva cinco de sus 17 años dando vida a este personaje. Mientras animaba al público, varios turistas, sobre todo asiáticos, aprovechaban para tomarse fotos con él. “Bailar en el Carnaval es la experiencia más grata. Yo diría que en este mundo no hay nada como el Carnaval de Oruro. Por eso yo le he prometido a la Virgen del Socavón bailar no sólo tres años, sino cinco o todos los que pueda”, comentó el bailarín.
Pasado el mediodía, el presidente de la República, Evo Morales; el vicepresidente Álvaro García y el vocero de Gobierno, Iván Canelas, llegaron a la Prefectura de Oruro y desde un palco improvisado participaron en la entrada folklórica. En aquel momento, la llamerada Zona Norte hacía su paso.
Con los intermedios necesarios para degustar un plato del tradicional charquekán o el acostumbrado costillar de cordero, la entrada se extendió hasta las 3.00 de hoy. Las calles de Oruro que acogieron a los danzarines estaban repletas de carteles que recomendaban al público no consumir bebidas alcohólicas en exceso, algo que se cumplió hasta pasadas las 17.00.
Una vez concluido el recorrido, los bailarines ingresaron a la iglesia de rodillas para agradecerle a la Virgen del Socavón por haber concluido su paso sin mayor problema y para renovar la promesa de seguir bailando en el Carnaval.
Un golpe de platillos anunció el inicio de la entrada del Carnaval de Oruro. Bajo este llamado, unos 50 mil danzarines recorrieron todo el día los seis kilómetros que llevan hasta la iglesia del Socavón. Un año más, demostraron su fe, pasión y devoción a la Virgen Morena, patrona del lugar.
“Ay mamita, ¿dónde has estado toda mi vida?”, gritaba un muchacho de no más de 25 años que hacía sonrojar a una bailarina de la Morenada Central Oruro. En respuesta al cumplido, la morena de diminutas polleras y pronunciado escote mandó un beso al galán. Más piropos llovieron al ritmo de coquetas caporalas, chinas y tobas que lucieron trajes entallados, escotes, faldas cortas e incluso diminutas tangas.
A su paso por la plaza 10 de Febrero, Tatiana Torrico, Predilecta del Carnaval de Oruro 2009, se robó los aplausos de los asistentes y captó la atención de los diferentes medios de comunicación. “Es el primer año que bailo en Oruro. Para mí esta es una experiencia indescriptible. Le he prometido a la Virgencita bailar por tres años. A cambio le estoy pidiendo unión para este Carnaval y para todo el país”, expresó a La Razón.
La Predilecta ya había recorrido más de tres kilómetros. A esa altura, la fatiga se delataba en su rostro. Sin embargo, sonriente aseguró que más que cansancio, sentía “mucha emoción de participar en la entrada”.
Un sol radiante acompañó el paso de los danzarines mientras algunos grupos de jóvenes aprovecharon el buen clima para jugar con agua y atacar con espuma a los transeúntes.
El ministro de Culturas, Pablo Groux, evaluó el ingreso de los bailarines como impecable. “El patrimonio de la humanidad está transitando en las calles de Oruro. Salvo un pequeño retraso al inicio, creo que todo está muy regular, no hay espacios vacíos”, comentó la autoridad.
Groux reconoció que los esfuerzos en la organización de este Carnaval. “Aún no son óptimos. Creemos que se puede mejorar más en la participación”.
Cada año, el Carnaval de Oruro —declarado Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad el año 2001— recibe cerca de 250 mil visitantes del interior y del exterior del país, quienes quedan cautivados por el despliegue de danzas, los trajes y la alegría de los integrantes de las bandas.
Este año, Ana María Álvarez encabezó el paso de la banda Pagador de Oruro. Con un traje turquesa, la platillera se robó los aplausos por la coreografía y la emoción que imprimía en cada una de sus notas y sus movimientos. “Por tres años estuve en Europa y me he perdido el Carnaval. Ahora estoy feliz de haber regresado a tocar con esta espectacular banda para mi Bolivia”, comentaba mientras medios de comunicación nacionales y extranjeros hacían un gran despliegue técnico para la cobertura.
Otra figura que se robó cientos de aplausos fue el cóndor del Conjunto Tradicional Diablada Oruro, Franz Carlos Yugar, quien lleva cinco de sus 17 años dando vida a este personaje. Mientras animaba al público, varios turistas, sobre todo asiáticos, aprovechaban para tomarse fotos con él. “Bailar en el Carnaval es la experiencia más grata. Yo diría que en este mundo no hay nada como el Carnaval de Oruro. Por eso yo le he prometido a la Virgen del Socavón bailar no sólo tres años, sino cinco o todos los que pueda”, comentó el bailarín.
Pasado el mediodía, el presidente de la República, Evo Morales; el vicepresidente Álvaro García y el vocero de Gobierno, Iván Canelas, llegaron a la Prefectura de Oruro y desde un palco improvisado participaron en la entrada folklórica. En aquel momento, la llamerada Zona Norte hacía su paso.
Con los intermedios necesarios para degustar un plato del tradicional charquekán o el acostumbrado costillar de cordero, la entrada se extendió hasta las 3.00 de hoy. Las calles de Oruro que acogieron a los danzarines estaban repletas de carteles que recomendaban al público no consumir bebidas alcohólicas en exceso, algo que se cumplió hasta pasadas las 17.00.
Una vez concluido el recorrido, los bailarines ingresaron a la iglesia de rodillas para agradecerle a la Virgen del Socavón por haber concluido su paso sin mayor problema y para renovar la promesa de seguir bailando en el Carnaval.
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