Extraido de La Patria de Oruro
El majestuoso Carnaval de Oruro maravilló ayer a la humanidad. Los canales de televisión de Bolivia y del exterior lograron las imágenes más insólitas, para confirmar que es una Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, con más de 50 mil danzarines, ataviados con deslumbrantes trajes y caretas de diablos y morenos, tobas, llameros, caporales, phujllay, negros y conjuntos autóctonos, como los tinkus, zampoñeros, cullaguadas y otros.
Los miles de músicos se esmeraron con la incesante variedad de ritmos. Algunas bandas tuvieron 140 componentes, con una veintena de platilleros y 40 trompetistas y una decena de bombos. Cada grupo hacía sus demostraciones coreográficas diferentes, asombrando a propios y extraños que habían por miles en las graderías.
Unas 500 mil personas estaban ubicadas en las graderías, desde la Avenida 6 de Agosto, hasta la Plaza del Santuario del Socavón, un trayecto que tiene más de 3.5 kilómetros de extensión. Los danzarines bailaron sin descanso en honor a la Virgen del Socavón, Patrona de los Mineros y Reina del Carnaval de Oruro.
Oruro, conocida también como Capital del Folklore de Bolivia, reunió a las mujeres más bellas del país, con trenzas largas, sombreros coquetos, polleras cortísimas, botas con tacos altos y multicolores, y un singular derroche de alegría e interminable fiesta que continuaba hasta las primeras horas de la madrugada de hoy.
La “Entrada” del Carnaval de Oruro se inició después de las 07:45 horas, con la participación de la cofradía de mujeres que llevaba en sus hombros la imagen de la Virgen del Socavón. Detrás estaban el obispo de la Diócesis de Oruro, monseñor Cristóbal Bialasik y los siervos de María. Después, estaba la comitiva oficial del Municipio de Oruro, presidido por el alcalde de la ciudad, Edgar Bazán Ortega.
El presidente Evo Morales y su vicepresidente, Alvaro García, se ubicaron frente al edificio de la Prefectura del Departamento, donde jugaron con agua, bailaron y reían y disfrutaban de las 18 variedades de danza. A pocos pasos, habían delegaciones de turistas extranjeros que lograron las mejores fotografías del espectáculo.
Oruro mostró ayer porque su Carnaval es una Obra Maestra de la Humanidad La Auténtica Diablada Oruro, que participa en el Carnaval desde hace 103 años, es el más antiguo conjunto folklórico. Su ingreso espectacular, dirigido por el Arcángel Miguel, hizo disfrutar de un nuevo milagro de la Virgen, que sólo se aprecia en esta ciudad, durante los cuatro días de la fiesta religiosa.
Las diablezas, que habían por centenares, al igual que los diablos, con caretas de yeso y hojalata plateada y dorada, elegantemente pintada y ornamentada con figuras de lagartos, dragones y cóndores, se combinaban con los gritos enérgicos de “arrr…” y a cada instante daban vueltas y vueltas, con sus pañuelos anaranjados.
El primer conjunto folklórico llegó a las 10:15 horas al Santuario de la Virgen del Socavón. Los danzarines se sacaron las máscaras y las perlas de agua se deslizaban por las mejillas, después de bailar durante tres horas, delante de miles de espectadores.
La Fraternidad Artística y Cultural La Diablada actuó en forma impecable. Habían centenares de diablos y diablezas, cuyas caretas brillaban con el sol radiante que acompañó a todo el espectáculo. Era una maravillosa jornada inolvidable. El ingreso fue acompañado con humos de colores y papel picado.
La Diablada Urus que ingresó de noche hizo una demostración diferente, con juego de luces que salían de los ojos y de la pechera. Otros hacían brotar fuego de los dragones que tenían por encima de la cabeza. La Diablada Ferroviaria aumentó el entusiasmo e invitó a bailar a los turistas, en sus sitios. Habían aplausos por todas partes. La Diablada Oruro reforzó el espectáculo, con los buzos verdes y una vestimenta elegante, con caretas que tenían cuernos esbeltos y muy elevados.
Las morenadas estaban mejor que antes. Aquí bailaron las mujeres más bellas. El paso lento y las manos levantadas al compás, mostraron una elegancia y la singular belleza de la mujer. Las figuras tenían las polleras cortísimas, otras tenían polleras largas, pero elegantes, brillantes y con sombreros adornados con plumas grandes y pequeñas de todo color. Las morenadas Norte, Central, Cocanis, Mejillones, Enaf, Comibol y Ferrari Ghezzi, lograron apasionar con los miles de morenos que hacían sonar sus matracas.
La belleza femenina, la gente joven, se apoderó de los caporales y de los tinkus. Los dos grupos de danza son los más numerosos del Carnaval de Oruro. Algunos tenían hasta 1.200 danzarines. Cada conjunto parecía tener cuatro grupos de a 300, que invadían el escenario con la fuerza de la juventud y la alegría y los gritos de espectacularidad. Los caporales Ignacio León, Centralistas, Sambos, Enaf, San Simón y CBN, eran una fantasía.
La miss Bolivia, Dominique Peltier, bailó en los Tinkus Tolkas. Elegante y esbelta, fue reconocida en forma inmediata por los espectadores. Los tinkus Jairas y Huajchas, formaron parte de las maravillas del Carnaval. Mientras tanto, los Phujllay Oruro, con monteras y ponchillos matizados con un rosado profundo, con vivos negros, despertaron la pasión por ese ritmo transportado desde Tarabuco, Chuquisaca.
Los tobas Sud, Uru Uru, Central, ingresaron por la noche. La festividad religiosa católica continuaba en forma interminable. Era una peregrinación combinada con cullaguadas y llameradas, incas y ahuatiris, kallawayas, zampoñeros y suris, potolos y doctorcitos.
El espectáculo, que se encuentra en la cima más alta de la cultura y folklore, continuará hoy. El Carnaval de Oruro es una maravillosa expresión popular de todos. Es la Obra Maestra de la Humanidad. HAO
El majestuoso Carnaval de Oruro maravilló ayer a la humanidad. Los canales de televisión de Bolivia y del exterior lograron las imágenes más insólitas, para confirmar que es una Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, con más de 50 mil danzarines, ataviados con deslumbrantes trajes y caretas de diablos y morenos, tobas, llameros, caporales, phujllay, negros y conjuntos autóctonos, como los tinkus, zampoñeros, cullaguadas y otros.
Los miles de músicos se esmeraron con la incesante variedad de ritmos. Algunas bandas tuvieron 140 componentes, con una veintena de platilleros y 40 trompetistas y una decena de bombos. Cada grupo hacía sus demostraciones coreográficas diferentes, asombrando a propios y extraños que habían por miles en las graderías.
Unas 500 mil personas estaban ubicadas en las graderías, desde la Avenida 6 de Agosto, hasta la Plaza del Santuario del Socavón, un trayecto que tiene más de 3.5 kilómetros de extensión. Los danzarines bailaron sin descanso en honor a la Virgen del Socavón, Patrona de los Mineros y Reina del Carnaval de Oruro.
Oruro, conocida también como Capital del Folklore de Bolivia, reunió a las mujeres más bellas del país, con trenzas largas, sombreros coquetos, polleras cortísimas, botas con tacos altos y multicolores, y un singular derroche de alegría e interminable fiesta que continuaba hasta las primeras horas de la madrugada de hoy.
La “Entrada” del Carnaval de Oruro se inició después de las 07:45 horas, con la participación de la cofradía de mujeres que llevaba en sus hombros la imagen de la Virgen del Socavón. Detrás estaban el obispo de la Diócesis de Oruro, monseñor Cristóbal Bialasik y los siervos de María. Después, estaba la comitiva oficial del Municipio de Oruro, presidido por el alcalde de la ciudad, Edgar Bazán Ortega.
El presidente Evo Morales y su vicepresidente, Alvaro García, se ubicaron frente al edificio de la Prefectura del Departamento, donde jugaron con agua, bailaron y reían y disfrutaban de las 18 variedades de danza. A pocos pasos, habían delegaciones de turistas extranjeros que lograron las mejores fotografías del espectáculo.
Oruro mostró ayer porque su Carnaval es una Obra Maestra de la Humanidad La Auténtica Diablada Oruro, que participa en el Carnaval desde hace 103 años, es el más antiguo conjunto folklórico. Su ingreso espectacular, dirigido por el Arcángel Miguel, hizo disfrutar de un nuevo milagro de la Virgen, que sólo se aprecia en esta ciudad, durante los cuatro días de la fiesta religiosa.
Las diablezas, que habían por centenares, al igual que los diablos, con caretas de yeso y hojalata plateada y dorada, elegantemente pintada y ornamentada con figuras de lagartos, dragones y cóndores, se combinaban con los gritos enérgicos de “arrr…” y a cada instante daban vueltas y vueltas, con sus pañuelos anaranjados.
El primer conjunto folklórico llegó a las 10:15 horas al Santuario de la Virgen del Socavón. Los danzarines se sacaron las máscaras y las perlas de agua se deslizaban por las mejillas, después de bailar durante tres horas, delante de miles de espectadores.
La Fraternidad Artística y Cultural La Diablada actuó en forma impecable. Habían centenares de diablos y diablezas, cuyas caretas brillaban con el sol radiante que acompañó a todo el espectáculo. Era una maravillosa jornada inolvidable. El ingreso fue acompañado con humos de colores y papel picado.
La Diablada Urus que ingresó de noche hizo una demostración diferente, con juego de luces que salían de los ojos y de la pechera. Otros hacían brotar fuego de los dragones que tenían por encima de la cabeza. La Diablada Ferroviaria aumentó el entusiasmo e invitó a bailar a los turistas, en sus sitios. Habían aplausos por todas partes. La Diablada Oruro reforzó el espectáculo, con los buzos verdes y una vestimenta elegante, con caretas que tenían cuernos esbeltos y muy elevados.
Las morenadas estaban mejor que antes. Aquí bailaron las mujeres más bellas. El paso lento y las manos levantadas al compás, mostraron una elegancia y la singular belleza de la mujer. Las figuras tenían las polleras cortísimas, otras tenían polleras largas, pero elegantes, brillantes y con sombreros adornados con plumas grandes y pequeñas de todo color. Las morenadas Norte, Central, Cocanis, Mejillones, Enaf, Comibol y Ferrari Ghezzi, lograron apasionar con los miles de morenos que hacían sonar sus matracas.
La belleza femenina, la gente joven, se apoderó de los caporales y de los tinkus. Los dos grupos de danza son los más numerosos del Carnaval de Oruro. Algunos tenían hasta 1.200 danzarines. Cada conjunto parecía tener cuatro grupos de a 300, que invadían el escenario con la fuerza de la juventud y la alegría y los gritos de espectacularidad. Los caporales Ignacio León, Centralistas, Sambos, Enaf, San Simón y CBN, eran una fantasía.
La miss Bolivia, Dominique Peltier, bailó en los Tinkus Tolkas. Elegante y esbelta, fue reconocida en forma inmediata por los espectadores. Los tinkus Jairas y Huajchas, formaron parte de las maravillas del Carnaval. Mientras tanto, los Phujllay Oruro, con monteras y ponchillos matizados con un rosado profundo, con vivos negros, despertaron la pasión por ese ritmo transportado desde Tarabuco, Chuquisaca.
Los tobas Sud, Uru Uru, Central, ingresaron por la noche. La festividad religiosa católica continuaba en forma interminable. Era una peregrinación combinada con cullaguadas y llameradas, incas y ahuatiris, kallawayas, zampoñeros y suris, potolos y doctorcitos.
El espectáculo, que se encuentra en la cima más alta de la cultura y folklore, continuará hoy. El Carnaval de Oruro es una maravillosa expresión popular de todos. Es la Obra Maestra de la Humanidad. HAO
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