22 de febrero de 2009

Más bailarines, visitantes y músicos en el Carnaval de Oruro



La fiesta declarada Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad fue amenizada por unos 10.000 músicos, bailaron unos 40.000 jóvenes y fue vista por 500.000 personas. El Presidente y el Vicepresidente danzaron en la plaza 10 de Febrero. En los intermedios se desataba una guerra con globos de agua

Don Beltrán Cárdenas tiene 62 años y hace 41 que hace sonar su trombón en el Carnaval de Oruro. “Nunca he visto uno más lindo”, comenta mientras se da un descanso en la plaza 10 de Febrero con sus compañeros de la Banda Unión Imperial. A media cuadra de don Beltrán está el presidente Evo Morales, quien ayer se jactó de danzar con las bailarinas más bellas de la Entrada.

Como ya es una tradición, todo empezó con el rugir de la Gran Tradicional Auténtica Diablada de Oruro, que tomó las calles de la ciudad a fuerza de saltos. Después, la música no paró hasta entrado el nuevo día.

Este año hubo más de 10.000 músicos que le pusieron ritmo a la fiesta, según los datos preliminares del Roberto Aguilar, presidente de la Asociación de Bandas. “Hemos tenido músicos que han llegado desde La Paz, Cochabamba e incluso desde Potosí y Llallagua”, comentó el representante de la Banda Central de Oruro Ferrari Ghezzi. Sólo en la tierra de Pagador, continúa Aguilar, hay unos 6.000 músicos y el resto llegó de distintos lares.

Se estima que unos 40.000 bailarines pusieron a temblar la ciudad de Oruro.

Y el Carnaval se renueva cada año, en que los músicos dan rienda suelta a su creatividad y hacen nuevas melodías que las estrenan en la fiesta grande. Es el público quien determina el éxito u olvido de las nuevas melodías.

Pero los ritmos clásicos no se olvidan en Oruro, por eso aún se escucha el caporal ¿Por qué me enamoré de ti? o el Viva, Viva mi San José. Además, no faltan aquellos músicos que recuperan la frase de Llajtaymanta “Sin llorar, Sin llorar…”.

Ayer, en Oruro también hubo un gran marco humano. “Yo estimo que hemos sobrepasado los 4.000 hospedados”, expresó Jesús Valencia, encargado de Turismo de la Alcaldía. O, dicho en palabras del ministro de Cultura, Pablo Groux, “el Carnaval fue un éxito, quizás el mejor de los últimos años”.

Según la agencia de noticias ABI, los espectadores llegaron a los 500.000, sumados extranjeros y nacionales.

La guerra de globos con agua también dijo presente. La plaza principal 10 de Febrero se convirtió en un campo de batalla. Mientras los danzarines descansaban o en los baches que hay entre fraternidades, los jóvenes aprovechaban para arrojarse agua desde las graderías.

La plaza fue prácticamente tomada por gente de diferentes ciudades; a momentos se convertía en un escenario de fútbol donde un grupo coreaba a todo pulmón ¿A quién le dicen papá?/ Al gran Bolívar y el otro respondía “Tigre, Tigre, Tigre…”. Eran minoría, pero los fanáticos de Cochabamba también vociferaban “Wilster, Wilster, Wilster…”.

Las tribunas también tenían colorido. La Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) vistió con ponchillos azules a unas 300 personas; Viva y Tigo también vistieron a parte del público con sus colores.

El encargado de Turismo indica que cada vez más el Carnaval se alimenta con juventud y alegría. “Hay extranjeros que vienen y se ponen a bailar y a cantar aunque sea sin ritmo. Los chicos nacionales disfrutan bastante más cada año”.

Las jóvenes bailarinas también se renovaron. Faldas cortas, algunos tatuajes temporales (en especial rosas) y brillo en la cara fueron el denominador común.

La devoción a la Virgen del Socavón tenía su foco cuando el padre Jairo bendecía a diablos, morenos o tobas dentro del templo; éstos llegaron de rodillas a un templo renovado con cuadros novedosos y diseños traídos desde Italia, tal como comenta Ana María Michel, hermana de la Orden Seglar Siervos de María.

Los “cuidadores” del templo fueron alrededor de 100 personas.

Cuando el sol estaba en lo alto, poco después del mediodía, Beltrán Cárdenas volvía a llevarse el trombón al hombro y sopló con todas sus fuerzas.

En la noche hicieron saltar de alegría los tradicionales caporales y morenada de Enaf (empresa de ferrocarriles), y la diablada Artística Urus bailó con la Poopó.

Curiosidades de la fiesta

Derroche: Cleto Lima ingresó con un carro con platería valuada en 13.000 dólares.

Protesta: el Movimiento Libertad Animal reclamó en la plaza 10 de Febrero.

Denuncia: sólo en un bloque de los cocanis había unas 100 matracas de quirquinchos.

Bellezas: entre los cocanis bailaron Giovana Chávez, Vania Luján y Eugenia Miranda.

Emergencias: se instalaron cinco grupos de la Cruz roja Boliviana.

Presidencial: Evo Morales estuvo con sombrero, chalina y una bolsita de coca.

Alegría: El ministro Pablo Groux pasó del palco oficial a las graderías para bailar.

Compañía: El vicepresidente García Linera estuvo custodiado por una rubia.

Recuerdos: El ex futbolista Carlos Borja recibió aplausos y rechiflas.

¿Exclusividad?: En un tramo de la avenida Cívica Unitel impedía el paso.

Riesgo: El nuevo presidente de los folkloristas orureños recibió una amenaza de muerte.

Músico: En un determinado momento, Evo Morales recordó sus tiempos de músico.

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