La Escuela Boliviana Intercultural de Música tendrá como sede la ciudad de Oruro. La institución educativa otorgará títulos de técnico medio, técnico superior y licenciatura.
La Prensa | Oruro.- “Soy Felipe Mendoza, de la familia Mendoza, para servirle. Y toditos en mi casa somos músicos”, dice el orureño que se enorgullece de su estirpe. La trompeta de bronce que sostiene en la mano derecha parece una extensión metálica de sí mismo.
Desempolvó su gala de sacón verde, camisa blanca y corbata roja para el VIII Festival de Bandas en la capital del folklore, Oruro, que ayer ofrendó a orureños y visitantes el estruendo de más de 5.000 músicos. Y así comenzó oficialmente la fiesta carnavalera más grande del país.
El blanco pulcrísimo de los mocasines de charol de Felipe se manchó con gusto en el barro que formó la lluvia ayer e hizo charcos en la avenida Cívica, donde se presentó en una de las 67 bandas que hicieron de las delicias del público con sus coreografías e interpretaciones. Él se congratuló: “Hoy toqué como nunca”.
A ese escenario llegó el presidente Evo Morales Ayma, flanqueado por un grupo de ministros y antecedido por un pasado folklorista en la banda Mejillones. Y quién mejor que él para anunciar, en medio de melodías de morenada, diablada y caporal, la creación de la primera Escuela Boliviana Intercultural de Música.
Ayer se lanzó el decreto que crea la nueva institución que formará profesionalmente a músicos en tres áreas: la clásica, música mestizo criolla e indígena originaria. Ésta fue la particularidad de la versión 2009 del festival.
Será la primera entidad pública de formación musical, la que otorgará títulos en técnico medio, técnico superior y licenciatura en las tres áreas mencionadas. Contará con una infraestructura acorde a las exigencias de cada una de las carreras planteadas.
El ministro de Educación, Roberto Aguilar, adelantó a La Prensa: “La decisión del Presidente es que la escuela se inaugure en agosto de este año”.
Al respecto, Felipe Mendoza opina: “Bien eso de la escuela, pero la música se la siente, no se la aprende. ¿No me ve?”.
Músicos titulados
“Más respeto por nuestra música y nuestros músicos” es la consigna de la creación de dicha entidad intercultural. “Y es la verdadera muestra del cambio de visión que representa este Gobierno”, comentó el ministro de Culturas, Pablo Groux, quien recalcó que es la primera gestión en que se institucionaliza y da prioridad al aspecto cultural y artístico.
El ministro Aguilar recordó que la enseñanza de las artes, por ejemplo la música, hasta ahora estaba reducida a espacios académicos, e incluso elitistas del
país. “Esta escuela no sólo dará a todos la posibilidad del acercamiento a la música universal, ya que el aprendizaje será gratuito, sino que será un espacio de reconocimiento de la música mestizo criolla e indígena originario”.
Por su parte, el viceministro de Educación Superior, Diego Pari, explicó que el primer semestre de este año una comisión trabajará en el diseño de la estructura de la Escuela Boliviana Intercultural de Música, es decir cuántas y qué carreras, mallas curriculares, el diseño institucional y la elección de la infraestructura.
Pari anunció que la primera gestión no aceptarán más de 20 alumnos por carrera, pues se trata de una etapa de inicio.
El Ministro de Educación dijo que si bien no se definió un monto para cubrir la edificación que albergará al centro, el proyecto tiene el respaldo de la Prefectura y la Alcaldía orureñas para hallar el predio adecuado.
Y así, ayer con el primer golpe del bombo de la banda Poopó de Oruro, la tierra tembló. La Aromeñita —himno de la morenada— puso a bailar y conmover al gentío. No era sólo espectáculo de maestría en los instrumentos, era señal de que el Carnaval de Oruro había arrancado con toda su fuerza.
Multitud de bombo y metal
La ambición de la Asociación de Bandas de Músicos Profesionales de Oruro, según explicó su presidente Roberto Aguilar (homónimo de la autoridad ministerial de Educación), era poner en escena este año a 6.000 músicos, superando los 5.000 que participaron el año pasado. Aunque se superó esa cifra, no se alcanzó la deseada.
Quienes tocaban los metales —trombones, trompetas y tubas— ocupaban las dos primeras filas de las graderías colocadas en la avenida Cívica, ellos estaban vestidos de rojo; en las siguientes dos filas pintaban de amarillo estaban los músicos de vientos —saxos, clarinetes, flautines— y abajo, los “pesos pesado”, los de bombos y platillos.
El evento, cuyo inicio estaba previsto para las 09.00 de ayer, empezó a las 11.10. Parte del público que llegó puntual a la cita, aun empapado por la llovizna, no mermó la paciencia y hasta aplaudió al presidente Evo Morales a su arribo; pero otro grupo —más por el retardo que por oposición a su Gobierno— también le dio la bienvenida con una silbatina.
Con el palco oficial ubicado a la mitad de la pasarela que forma la Cívica, a la derecha la gente alababa constantemente al Primer Mandatario y le gritaba “Evo pueblo”, mientras que el sector izquierdo reclamaba “aeropuerto”, recordándole una de las necesidades repetidamente planteadas por la población orureña a los gobiernos de turno.
Ambas estridencias callaron de repente cuando, elevada en sus más de 1,80 metros y aprisionada por su vestido, la Miss Bolivia, Dominique Peltier, se levantó a saludar al Presidente. Tras un silencio de segundos, los piropos comenzaron a ser lanzados. Pero luego empezaron a sonar los instrumentos y así abrir paso al Carnaval.
Una conjunción de talentos
El estruendo y melodía que emanan del Festival de Bandas del Carnaval de Oruro se alargan hasta la noche, hasta tarde. En las anteriores dos versiones no culminó antes de las 23.00. Se compone de dos partes, la primera es protocolar, con la asistencia e inauguración de autoridades nacionales y departamentales, y la masa de músicos conjuga talentos. La segunda parte es el momento de las bandas: una por una hacen de las delicias del público, con coreografías y ritmos nacionales que parecen encantar a los miles que los escuchan durante horas.
El músico Felipe Mendoza prefiere no revelar las bandas donde trabaja, porque “se pueden molestar” al saberse que “dobletea” —toca en dos grupos—; pero en ambas se esmera, no sólo porque es la mejor época en que gana dinero, sino porque siente cada nota que escupe de su trompeta de bronce. “Bien lindo es el festival, la gente nos admira, porque en la Entrada todos aplauden a los bailarines, pero sin nosotros no habría Carnaval. En el festival somos los ídolos”.
Detalles
Más de 5.000 músicos de banda participaron en el festival, al inicio del Carnaval de Oruro.
El evento inició con dos horas de demora, pero el público fue paciente y aguardó en masa.
La lluvia no mermó la participación de los músicos ni del público que presenció el festival.
Entre la multitud de músicos había gran cantidad de niños que tocaban con virtuosismo.
La Prensa | Oruro.- “Soy Felipe Mendoza, de la familia Mendoza, para servirle. Y toditos en mi casa somos músicos”, dice el orureño que se enorgullece de su estirpe. La trompeta de bronce que sostiene en la mano derecha parece una extensión metálica de sí mismo.
Desempolvó su gala de sacón verde, camisa blanca y corbata roja para el VIII Festival de Bandas en la capital del folklore, Oruro, que ayer ofrendó a orureños y visitantes el estruendo de más de 5.000 músicos. Y así comenzó oficialmente la fiesta carnavalera más grande del país.
El blanco pulcrísimo de los mocasines de charol de Felipe se manchó con gusto en el barro que formó la lluvia ayer e hizo charcos en la avenida Cívica, donde se presentó en una de las 67 bandas que hicieron de las delicias del público con sus coreografías e interpretaciones. Él se congratuló: “Hoy toqué como nunca”.
A ese escenario llegó el presidente Evo Morales Ayma, flanqueado por un grupo de ministros y antecedido por un pasado folklorista en la banda Mejillones. Y quién mejor que él para anunciar, en medio de melodías de morenada, diablada y caporal, la creación de la primera Escuela Boliviana Intercultural de Música.
Ayer se lanzó el decreto que crea la nueva institución que formará profesionalmente a músicos en tres áreas: la clásica, música mestizo criolla e indígena originaria. Ésta fue la particularidad de la versión 2009 del festival.
Será la primera entidad pública de formación musical, la que otorgará títulos en técnico medio, técnico superior y licenciatura en las tres áreas mencionadas. Contará con una infraestructura acorde a las exigencias de cada una de las carreras planteadas.
El ministro de Educación, Roberto Aguilar, adelantó a La Prensa: “La decisión del Presidente es que la escuela se inaugure en agosto de este año”.
Al respecto, Felipe Mendoza opina: “Bien eso de la escuela, pero la música se la siente, no se la aprende. ¿No me ve?”.
Músicos titulados
“Más respeto por nuestra música y nuestros músicos” es la consigna de la creación de dicha entidad intercultural. “Y es la verdadera muestra del cambio de visión que representa este Gobierno”, comentó el ministro de Culturas, Pablo Groux, quien recalcó que es la primera gestión en que se institucionaliza y da prioridad al aspecto cultural y artístico.
El ministro Aguilar recordó que la enseñanza de las artes, por ejemplo la música, hasta ahora estaba reducida a espacios académicos, e incluso elitistas del
país. “Esta escuela no sólo dará a todos la posibilidad del acercamiento a la música universal, ya que el aprendizaje será gratuito, sino que será un espacio de reconocimiento de la música mestizo criolla e indígena originario”.
Por su parte, el viceministro de Educación Superior, Diego Pari, explicó que el primer semestre de este año una comisión trabajará en el diseño de la estructura de la Escuela Boliviana Intercultural de Música, es decir cuántas y qué carreras, mallas curriculares, el diseño institucional y la elección de la infraestructura.
Pari anunció que la primera gestión no aceptarán más de 20 alumnos por carrera, pues se trata de una etapa de inicio.
El Ministro de Educación dijo que si bien no se definió un monto para cubrir la edificación que albergará al centro, el proyecto tiene el respaldo de la Prefectura y la Alcaldía orureñas para hallar el predio adecuado.
Y así, ayer con el primer golpe del bombo de la banda Poopó de Oruro, la tierra tembló. La Aromeñita —himno de la morenada— puso a bailar y conmover al gentío. No era sólo espectáculo de maestría en los instrumentos, era señal de que el Carnaval de Oruro había arrancado con toda su fuerza.
Multitud de bombo y metal
La ambición de la Asociación de Bandas de Músicos Profesionales de Oruro, según explicó su presidente Roberto Aguilar (homónimo de la autoridad ministerial de Educación), era poner en escena este año a 6.000 músicos, superando los 5.000 que participaron el año pasado. Aunque se superó esa cifra, no se alcanzó la deseada.
Quienes tocaban los metales —trombones, trompetas y tubas— ocupaban las dos primeras filas de las graderías colocadas en la avenida Cívica, ellos estaban vestidos de rojo; en las siguientes dos filas pintaban de amarillo estaban los músicos de vientos —saxos, clarinetes, flautines— y abajo, los “pesos pesado”, los de bombos y platillos.
El evento, cuyo inicio estaba previsto para las 09.00 de ayer, empezó a las 11.10. Parte del público que llegó puntual a la cita, aun empapado por la llovizna, no mermó la paciencia y hasta aplaudió al presidente Evo Morales a su arribo; pero otro grupo —más por el retardo que por oposición a su Gobierno— también le dio la bienvenida con una silbatina.
Con el palco oficial ubicado a la mitad de la pasarela que forma la Cívica, a la derecha la gente alababa constantemente al Primer Mandatario y le gritaba “Evo pueblo”, mientras que el sector izquierdo reclamaba “aeropuerto”, recordándole una de las necesidades repetidamente planteadas por la población orureña a los gobiernos de turno.
Ambas estridencias callaron de repente cuando, elevada en sus más de 1,80 metros y aprisionada por su vestido, la Miss Bolivia, Dominique Peltier, se levantó a saludar al Presidente. Tras un silencio de segundos, los piropos comenzaron a ser lanzados. Pero luego empezaron a sonar los instrumentos y así abrir paso al Carnaval.
Una conjunción de talentos
El estruendo y melodía que emanan del Festival de Bandas del Carnaval de Oruro se alargan hasta la noche, hasta tarde. En las anteriores dos versiones no culminó antes de las 23.00. Se compone de dos partes, la primera es protocolar, con la asistencia e inauguración de autoridades nacionales y departamentales, y la masa de músicos conjuga talentos. La segunda parte es el momento de las bandas: una por una hacen de las delicias del público, con coreografías y ritmos nacionales que parecen encantar a los miles que los escuchan durante horas.
El músico Felipe Mendoza prefiere no revelar las bandas donde trabaja, porque “se pueden molestar” al saberse que “dobletea” —toca en dos grupos—; pero en ambas se esmera, no sólo porque es la mejor época en que gana dinero, sino porque siente cada nota que escupe de su trompeta de bronce. “Bien lindo es el festival, la gente nos admira, porque en la Entrada todos aplauden a los bailarines, pero sin nosotros no habría Carnaval. En el festival somos los ídolos”.
Detalles
Más de 5.000 músicos de banda participaron en el festival, al inicio del Carnaval de Oruro.
El evento inició con dos horas de demora, pero el público fue paciente y aguardó en masa.
La lluvia no mermó la participación de los músicos ni del público que presenció el festival.
Entre la multitud de músicos había gran cantidad de niños que tocaban con virtuosismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario