Mucha alegría y entusiasmo de cientos de niños, caracterizaron al Corso Infantil 2009, en el que además se vieron disfraces creativos y muy coloridos, que fueron el deleite de los espectadores.
La actividad, que estuvo organizada por el Círculo Social y Cultural Ateniense, comenzó a las 11:00 horas, recorriendo las calles céntricas de la ciudad, pasó por la Plaza 10 de Febrero y concluyó en el parque Bolívar, en las calles Presidente Montes y Murguía.
Aproximadamente 2.000 niños participaron en la fiesta infantil, con una diversidad de atuendos, que hacían referencia a muchos personajes de fantasía y también del folklore boliviano.
Niños de 25 conjuntos folklóricos que participan en el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, también estuvieron presentes en el Corso, delante y detrás de los cuales ingresaron los pequeños que no pertenecen a los conjuntos pero que quisieron participar, bailando sus melodías favoritas.
Los disfraces, que además de ser muy imaginativos, causaban la ternura de los espectadores que se apostaron a lo largo del recorrido y aplaudían al son de las diferentes bandas.
Niños y niñas de todas las edades ingresaron, junto a sus padres, vestidos de flores, personajes de películas de ficción, como el Hombre Araña, Superman, La Bella y la Bestia, brujas, extraterrestres y muchos bebés en sus carritos que también fueron adornados de acuerdo al atuendo que llevaban los niños.
La reinita Isabel I en su carroza
La reinita Isabel I en su carroza
Los niños mostraron su destreza en el baile, pues al son de diabladas, morenadas, caporales, tinkus, llameradas, kullaguadas, tobas, phujllay y otros bailaron durante todo el recorrido, sin fatigarse por el intenso calor que se sentía entre las 11:00 y las 15:00 horas cuando concluyó el Corso.
Fue interesante ver que además de ser un espacio de diversión para los niños, el Corso es un punto de integración e inclusión, pues niños de todas las clases sociales compartieron ese momento de alegría, entre ellos estaban los que vinieron desde Villa Challacollo, con una comparsa, los niños que pertenecen a educación especial también se divirtieron, al ritmo de los tinkus y muchos otros que tuvieron la oportunidad de participar sin costo alguno.
REINITA
La reinita del Corso, Isabel I fue la última en ingresar y el desfile real fue encabezado por pequeños duendecillos, que la escoltaron, en una carroza que llevaba un árbol añejo hecho de papel.
Parte de su corte, fueron los personajes de los cuentos de hadas como la Caperucita Roja y el lobo feroz, El flautista de Hamelín, El Mago de Oz, el Patito feo, Ricitos de Oro, el Gato con botas, Las Habichuelas Mágicas, Hansel y Gretel, Aladino y Pulgarcito, entre otros.
La actividad, que estuvo organizada por el Círculo Social y Cultural Ateniense, comenzó a las 11:00 horas, recorriendo las calles céntricas de la ciudad, pasó por la Plaza 10 de Febrero y concluyó en el parque Bolívar, en las calles Presidente Montes y Murguía.
Aproximadamente 2.000 niños participaron en la fiesta infantil, con una diversidad de atuendos, que hacían referencia a muchos personajes de fantasía y también del folklore boliviano.
Niños de 25 conjuntos folklóricos que participan en el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, también estuvieron presentes en el Corso, delante y detrás de los cuales ingresaron los pequeños que no pertenecen a los conjuntos pero que quisieron participar, bailando sus melodías favoritas.
Los disfraces, que además de ser muy imaginativos, causaban la ternura de los espectadores que se apostaron a lo largo del recorrido y aplaudían al son de las diferentes bandas.
Niños y niñas de todas las edades ingresaron, junto a sus padres, vestidos de flores, personajes de películas de ficción, como el Hombre Araña, Superman, La Bella y la Bestia, brujas, extraterrestres y muchos bebés en sus carritos que también fueron adornados de acuerdo al atuendo que llevaban los niños.
La reinita Isabel I en su carroza
La reinita Isabel I en su carroza
Los niños mostraron su destreza en el baile, pues al son de diabladas, morenadas, caporales, tinkus, llameradas, kullaguadas, tobas, phujllay y otros bailaron durante todo el recorrido, sin fatigarse por el intenso calor que se sentía entre las 11:00 y las 15:00 horas cuando concluyó el Corso.
Fue interesante ver que además de ser un espacio de diversión para los niños, el Corso es un punto de integración e inclusión, pues niños de todas las clases sociales compartieron ese momento de alegría, entre ellos estaban los que vinieron desde Villa Challacollo, con una comparsa, los niños que pertenecen a educación especial también se divirtieron, al ritmo de los tinkus y muchos otros que tuvieron la oportunidad de participar sin costo alguno.
REINITA
La reinita del Corso, Isabel I fue la última en ingresar y el desfile real fue encabezado por pequeños duendecillos, que la escoltaron, en una carroza que llevaba un árbol añejo hecho de papel.
Parte de su corte, fueron los personajes de los cuentos de hadas como la Caperucita Roja y el lobo feroz, El flautista de Hamelín, El Mago de Oz, el Patito feo, Ricitos de Oro, el Gato con botas, Las Habichuelas Mágicas, Hansel y Gretel, Aladino y Pulgarcito, entre otros.
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