Autoridades educativas peruanas anunciaron ayer que enseñarán en las escuelas la historia de la diablada y el Ekeko, para que los estudiantes conozcan sus tradiciones, ante las demandas de Bolivia por la propiedad de ambas expresiones culturales.
Mientras tanto, el oficial mayor de Culturas de La Paz, Wálter Gómez, dijo que sería positivo si se cumple el anuncio de Perú de demandar al presidente Evo Morales, para que así el origen del diosecillo de la abundancia pase a ser debatido en esferas internacionales.
En declaraciones al diario Los Andes de Puno, Luis Balcona Flores, asesor de la Dirección Regional de Educación, señaló que “a partir de la fecha los docentes harán exposiciones sobre estas tradiciones altiplánicas en el curso de Ciencias Sociales, para que los alumnos conozcan con exactitud y profundidad el origen, la creencia y el mito del Ekeko y la diablada”.
El funcionario agregó que “de esta manera se espera reforzar la identidad regional, frente a las recientes acusaciones de propiedad de la referida danza y la figura andina por parte de autoridades bolivianas”.
Balcona adelantó también que se coordina con instituciones culturales en Puno y otras regiones altiplánicas la realización de investigaciones sobre la identidad y manifestaciones populares de la zona.
Luego del impasse por el uso de una reina de belleza peruana de un traje de diabla en el Miss Universo —que causó una demanda del Ministerio de Culturas y la Cancillería boliviana ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)—, la semana pasada surgió otro dilema cuando funcionarios culturales y congresistas peruanos señalaron al Ekeko como “patrimonio cultural compartido”.
El jueves, el fiscal puneño Alejandro Tapia anunció que elevará una demanda contra el presidente Morales, por “disgregación de la cultura aymara”, y rechazó el argumento boliviano de que el diosecillo andino y la Feria de la Alasita sean tradiciones nacidas en Tiwanaku y La Paz, respectivamente.
Al respecto, Gómez dijo ayer a La Prensa que “como nosotros estamos legitimando ante organismos internacionales la propiedad de nuestras tradiciones —con el pedido a la UNESCO para que reconozca a la Alasita como Patrimonio de la Humanidad—, ellos (los peruanos) tienen también la libertad de recurrir ante quien quieran”.
“Así se llegará —añadió— a un espacio propicio para arreglar de una vez por todas el dilema, y en una plataforma internacional vamos a demostrar al mundo la real propiedad de estas riquezas”.
Según el funcionario municipal, el pedido boliviano no pretende atentar contra la unidad de la región andina ni impedir que las expresiones culturales sean practicadas en varios países.
“Lo que pedimos —sostuvo— es que recapaciten y tengan la apertura de reconocer evidencias contundentes de que tanto la diablada como el Ekeko son oriundos del Carnaval de Oruro y La Paz, respectivamente”.
Para Gómez, algunas autoridades, gestores culturales y habitantes peruanos “no están respetando la propiedad de nuestro patrimonio, aunque ésta es evidente. Por ejemplo, entramos a talleres de bordados en la Buenos Aires y la zona Los Andes de La Paz y vemos afiches de fiestas peruanas con nuestras danzas, incluso las relativamente nuevas como los caporales, que ellos ya están tomando como suyas”.
Embajador pide diálogo
En una nota publicada ayer por la página web de la cadena peruana RPP, el embajador boliviano en Lima, Franz Solano, consideró que, más allá del origen del Ekeko, lo importante es que, en la actualidad, esta deidad está presente tanto en Perú como en Bolivia.
Solano calificó como un “problema entre hermanos” el reciente impasse entre Perú y Bolivia. “Todos hemos tenido problemas entre hermanos. Dialogando se solucionan las dificultades”, apuntó.
“El Ekeko —manifestó— pertenece a la cultura tiwanacota y en el presente Tiwanaku se encuentra en Bolivia, como que también nosotros (los bolivianos) hemos pertenecido a la cultura incaica y Machu Picchu está en Perú”.
“Lo importante —agregó— es que (el Ekeko) está presente en los dos países. Lo importante es que estamos profundamente enraizados con la cultura que han puesto en práctica nuestros antepasados”.
El diplomático boliviano recibió ayer en su residencia, en el barrio limeño de San Isidro, a un grupo de chamanes que promueve la imagen del Ekeko como patrimonio del altiplano.
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