“Hace ocho años compré mi primera careta de moreno. Era de yeso, muy pesada, pero era una obra de arte, ahora es casi una reliquia. Me costó unos 2.000 bolivianos. Este año he optado por una careta de lata, es más liviana y más barata, 650 bolivianos. Pero sólo tiene barba, bigotes y grandes ojos. Para bailar es necesario usar un sombrero”, dice Fernando Villegas, miembro de la morenada Zona Norte.
Con este comentario, el danzarín resume una realidad de la entrada: los trajes y las máscaras ahora se fabrican con materiales más baratos, aunque no necesariamente más finos.
El artesano Juan Carlos Flores, del taller El Quirquincho, reconoce la tendencia de sus colegas de utilizar fibra de vidrio para las máscaras de diablo y hojalata para las de los morenos.
“Nosotros mantenemos la tradición y seguimos usando el yeso, pero son muchos los que han optado por la hojalata. La ventaja del yeso es que permite hacer un trabajo más original, mientras que en la lata, sólo se tiene que pintar”.
El padre del artesano, Germán Flores, quien es uno de los más reconocidos de Oruro, señala que para esta entrada elaboró entre 70 u 80 caretas con el material convencional; el yeso.
Al contrario, la familia Cruz es de las que decidió cambiar la materia prima y diseñar caretas de lata. Estos artesanos preparan anualmente hasta 250 máscaras para morenos y achachis.
“El yeso es un material europeo y para el danzarín es incómodo y pesado”, señala Gonzalo Cruz y, de esa manera, porque su talle decidió recurrir al metal como materia prima para dar forma a sus creaciones.
Los artesanos calculan que en la entrada orureña desfilarán al menos 7.000 caretas de hojalata con rasgos de diablos, ángeles, diablesas, achachis, reyes morenos u otros.
La tendencia de abaratar costos y simplificar el diseño también llega a la ropa de los bailarines. El folklorista y delegado prefectural, Fernando Gómez, advierte que las polleras de las mujeres no incluyen las tradicionales alforjas (pliegues horizontales que lucen las faldas) “Se está optando por fruncidos. El bordado manual ha sido reemplazado por apliques prediseñados, que son colocados sobre las telas”
“Para la elaboración de los trajes antiguos se tenía que importar materiales de Inglaterra, piedras de Checoslovaquia, lentejuelas e hilos de Alemania, entre otros. En la actualidad, el material chino ha inundado el mercado y por tanto también la calidad de los trajes ha bajado”, resume, Luis Flores, del taller de bordados Don Gregorio Flores, nombre de un destacado artesano cuyos trajes de diablo fueron expuestos en Europa y Estados Unidos.
Debido a su herencia, Luis Flores rechaza estas innovaciones. “Nosotros seguimos bordando como antes, con hilo milán que expresa la riqueza del oro y la plata de esta región. Ahora bordan con fibra, que es más barata. Aparentemente se ve igual, pero si uno se fija bien la calidad es diferente”.
TALLERES
Bordadores • Los miembros de la Asociación de Bordadores de Oruro acordaron que, en este Carnaval, incluirán figuras de los animales de las leyendas que forman parte de la mitología de la capital del folklore. En los trajes se lucirán las temibles plagas que, se dice, asolaron la urbe: el sapo, las hormigas, la víbora y el lagarto.
Con este comentario, el danzarín resume una realidad de la entrada: los trajes y las máscaras ahora se fabrican con materiales más baratos, aunque no necesariamente más finos.
El artesano Juan Carlos Flores, del taller El Quirquincho, reconoce la tendencia de sus colegas de utilizar fibra de vidrio para las máscaras de diablo y hojalata para las de los morenos.
“Nosotros mantenemos la tradición y seguimos usando el yeso, pero son muchos los que han optado por la hojalata. La ventaja del yeso es que permite hacer un trabajo más original, mientras que en la lata, sólo se tiene que pintar”.
El padre del artesano, Germán Flores, quien es uno de los más reconocidos de Oruro, señala que para esta entrada elaboró entre 70 u 80 caretas con el material convencional; el yeso.
Al contrario, la familia Cruz es de las que decidió cambiar la materia prima y diseñar caretas de lata. Estos artesanos preparan anualmente hasta 250 máscaras para morenos y achachis.
“El yeso es un material europeo y para el danzarín es incómodo y pesado”, señala Gonzalo Cruz y, de esa manera, porque su talle decidió recurrir al metal como materia prima para dar forma a sus creaciones.
Los artesanos calculan que en la entrada orureña desfilarán al menos 7.000 caretas de hojalata con rasgos de diablos, ángeles, diablesas, achachis, reyes morenos u otros.
La tendencia de abaratar costos y simplificar el diseño también llega a la ropa de los bailarines. El folklorista y delegado prefectural, Fernando Gómez, advierte que las polleras de las mujeres no incluyen las tradicionales alforjas (pliegues horizontales que lucen las faldas) “Se está optando por fruncidos. El bordado manual ha sido reemplazado por apliques prediseñados, que son colocados sobre las telas”
“Para la elaboración de los trajes antiguos se tenía que importar materiales de Inglaterra, piedras de Checoslovaquia, lentejuelas e hilos de Alemania, entre otros. En la actualidad, el material chino ha inundado el mercado y por tanto también la calidad de los trajes ha bajado”, resume, Luis Flores, del taller de bordados Don Gregorio Flores, nombre de un destacado artesano cuyos trajes de diablo fueron expuestos en Europa y Estados Unidos.
Debido a su herencia, Luis Flores rechaza estas innovaciones. “Nosotros seguimos bordando como antes, con hilo milán que expresa la riqueza del oro y la plata de esta región. Ahora bordan con fibra, que es más barata. Aparentemente se ve igual, pero si uno se fija bien la calidad es diferente”.
TALLERES
Bordadores • Los miembros de la Asociación de Bordadores de Oruro acordaron que, en este Carnaval, incluirán figuras de los animales de las leyendas que forman parte de la mitología de la capital del folklore. En los trajes se lucirán las temibles plagas que, se dice, asolaron la urbe: el sapo, las hormigas, la víbora y el lagarto.
Artesanos • El traje es confeccionado manualmente. El trabajo comienza con el diseño en cartón, éste es cortado y luego sujetado con bastidores, que sirven para colocar la tela que luego será adornada con bordados; éstos se arman con pedrería y lentejuelas. Al final, el traje es armado como si fuera un rompecabezas de tres dimensiones.
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