Los personajes recomiendan cuidar el agua y divertirse con límites en la celebración del Jallupacha o tiempo de lluvias.
La celebración del Carnaval paceño o Anata 2010, que incluye los festejos y rituales acostumbrados, tiene ahora un nuevo mensaje entre la ciudadanía: cuidar el agua y evitar los excesos con el alcohol.
Los personajes carnavaleros: la Chola Celia Mita Quelca y el Pepino William Rojas, que visitaron la redacción de CAMBIO, coincidieron que lo esencial es compartir las costumbres con la familia.
Celia, que estudia el último semestre de Ciencias Sociales en la Normal Simón Bolívar de La Paz y que es de la comparsa Ch’utas y Pepinos Renacer y sus Palomitas Blancas, dijo que la experiencia de haber sido elegida entre 23 comparsas fue “muy hermosa, algo diferente y motivador”.
“El Carnaval es mucha alegría, pero sobre todo es compartir con la familia nuestras tradiciones, como es el ch’allar”, agregó.
Para Celia, lo importante en estos festejos es no desperdiciar el agua. “Seguimos la tradición, pero no estamos para desperdiciar el líquido elemento por el cambio climático”, aseveró. La cholita carnavalera recomendó que se puede jugar con espuma, pero ya no con agua.
Celia envió un mensaje muy afectuoso a sus primos Miguel, Milton, Andrea y Mauricio, además a sus padres, sus tíos y a toda la familia Mita Quelca.
El pepino William Rojas, que pertenece a la comparsa Ch’utas Choleros y que concluyó la carrera de Ingeniería Industrial, dijo que el Carnaval paceño es baile y alegría.
Explicó que su personaje proviene de la mezcla del pierrot francés y del k’usillo andino. “Hemos adoptado la mezcla de culturas. El pepino es un personaje joven, carismático y alegre, representa al Carnaval, por travieso y soltero; y por su voz en falsete”, detalló William.
En su mensaje, el Pepino 2010 aseveró que la ciudadanía debe alegrarse, desestresarse, festejar el tiempo de lluvia, por la abundancia de las buenas cosechas.
Los carnavales son una tradición que perdura en el pueblo, relacionada especialmente con el ciclo agrícola y con la retribución a la Pachamama por los buenos cultivos en el jallupacha o tiempo de lluvia.
La celebración del Carnaval paceño o Anata 2010, que incluye los festejos y rituales acostumbrados, tiene ahora un nuevo mensaje entre la ciudadanía: cuidar el agua y evitar los excesos con el alcohol.
Los personajes carnavaleros: la Chola Celia Mita Quelca y el Pepino William Rojas, que visitaron la redacción de CAMBIO, coincidieron que lo esencial es compartir las costumbres con la familia.
Celia, que estudia el último semestre de Ciencias Sociales en la Normal Simón Bolívar de La Paz y que es de la comparsa Ch’utas y Pepinos Renacer y sus Palomitas Blancas, dijo que la experiencia de haber sido elegida entre 23 comparsas fue “muy hermosa, algo diferente y motivador”.
“El Carnaval es mucha alegría, pero sobre todo es compartir con la familia nuestras tradiciones, como es el ch’allar”, agregó.
Para Celia, lo importante en estos festejos es no desperdiciar el agua. “Seguimos la tradición, pero no estamos para desperdiciar el líquido elemento por el cambio climático”, aseveró. La cholita carnavalera recomendó que se puede jugar con espuma, pero ya no con agua.
Celia envió un mensaje muy afectuoso a sus primos Miguel, Milton, Andrea y Mauricio, además a sus padres, sus tíos y a toda la familia Mita Quelca.
El pepino William Rojas, que pertenece a la comparsa Ch’utas Choleros y que concluyó la carrera de Ingeniería Industrial, dijo que el Carnaval paceño es baile y alegría.
Explicó que su personaje proviene de la mezcla del pierrot francés y del k’usillo andino. “Hemos adoptado la mezcla de culturas. El pepino es un personaje joven, carismático y alegre, representa al Carnaval, por travieso y soltero; y por su voz en falsete”, detalló William.
En su mensaje, el Pepino 2010 aseveró que la ciudadanía debe alegrarse, desestresarse, festejar el tiempo de lluvia, por la abundancia de las buenas cosechas.
Los carnavales son una tradición que perdura en el pueblo, relacionada especialmente con el ciclo agrícola y con la retribución a la Pachamama por los buenos cultivos en el jallupacha o tiempo de lluvia.
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