El comercio informal y formal presente en el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, genera un movimiento económico entre ayer y hoy, de más de 10 millones de dólares, desde la venta de pastillas, hasta el consumo masivo de cerveza y diferentes productos.
A Oruro, en estos últimos días llegaron comerciantes desde La Paz, Cochabamba, Potosí, en la venta de diferentes artículos, hasta llegaron comerciantes de Santa Cruz, Tarija y residentes de la Argentina para vender comidas, ambos grupos presentes a lo largo de los 4 kilómetros de recorrido de la expresión cultural más espectacular del mundo.
El presidente de la Federación de Profesionales de Oruro, Carlos Antezana sostuvo que el Carnaval significa un gran ingreso económico a la ciudad, desde la confección de trajes para más de 100.000 bailarines, que implica el gasto de la tela, el hilo especial para realizar las figuras en los trajes, e incluso la venta de alfileres y ganchos, por comerciantes asentados en la calle La Paz, que llegan dos días antes a Oruro a ofrecer sus productos.
Sin embargo, la ciudad de Oruro, comercial por excelencia, desde sus épocas doradas de la minería, ofrece al comerciante tanto de la ciudad y del interior del país, la oportunidad de tener una buena venta y llevarse buenas ganancias por la llegada de varios turistas.
El expendio de las diferentes comidas, como el pollo, choripan, charkekan, hasta los helados de diferentes sabores y los infaltables raspadillos, ayer oportunos en la jornada calurosa presente el Capital Folklórica de Bolivia, en cada cuadra del recorrido.
Asimismo, las distintas ferias improvisadas, como la calle Villarroel, a una cuadra del ingreso al recorrido o la feria artesanal de la Terminal de Buses, incluso los diferentes pastilleros pasaban por el recorrido y la venta de globos a 0.20 centavos, o si uno tenía suerte 7 globos en 1 boliviano.
No obstante, durante el recorrido, afuera del escenario mismo del Carnaval, muchos comerciantes de Oruro se quejaron por la gran competencia en cada cuadra, en especial aquellos comerciantes que vendían ponchillos, que perdían clientela por la venta a dos bolivianos de cada ponchillo por los comerciantes de La Paz.
Antezana sostuvo que hasta la parte hotelera del departamento favorece el Carnaval, porque es el mayor ingreso durante el año por la gran afluencia de turistas extranjeros y las mismas casas particulares que aprovechan la expresión cultural, para alquilar piezas durante los días de carnaval.
Finalizó mencionando que la Alcaldía y la Prefectura deben mejorar cada año, en cuanto a servicios e infraestructura, para recibir a los visitantes y a los comerciantes.
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