La Patria
El Carnaval de Oruro, proclamado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, cuya máxima expresión es la peregrinación protagonizada por miles de danzarines que bailan en honor de la Virgen del Socavón, se constituye en una bendición de la deidad religiosa, fue el comentario expresado en reiteradas ocasiones a través de los periodistas, comentaristas y locutores de la Red Unitel que ayer transmitieron las incidencias del paso de los diferentes conjuntos folklóricos que protagonizan el mayor espectáculo folklórico devocional de Bolivia.
La Obra Maestra, acuñada desde tiempos remotos en la región altiplánica de Bolivia, a 3.706 metros sobre el nivel del mar, ayer mostró para el mundo sus mejores galas. Miles de devotos danzantes alineados en grupos de diablos, morenos, phujllay, potolos, caporales, negritos, tobas, antawaras, tinkus, wititis, zampoñeros, suri sicuris, incas, kallawayas y otros, peregrinaron por aproximadamente 4 horas mostrando su impecable coreografía, colorido de trajes, sincronía en la danza y ante todo alegría como muestra de la fe que profesan hacia la virgen del Socavón.
El júbilo contagiante se desbordó hacia las graderías, desde donde el público a lo largo de casi 20 horas premiaba con aplausos el esmero de los peregrinos que bailaron rumbo al Santuario de la Virgen del Socavón.
El componente religioso de la presentación se pudo apreciar a lo largo de toda la jornada, pues cada conjunto folklórico encontró la manera de encabezar la procesión danzada con el armado de lujosos cargamentos, adornados con flores, aguayos, fina platería y tules de colores, en cuya cúspide fue instalada una réplica de la imagen de la Virgen del Socavón.
Este año, se apreció una agradable innovación pues dos columnas de mineros llevaron en andas la imagen sagrada, casi a media presentación de los conjuntos folklóricos, siendo la intención recordar a danzarines y fundamentalmente al público espectador que la majestuosidad de las danzas, es en honor de la “Patrona de los Mineros”, título con el que también se la reconoce a la Virgen del Socavón.
El mayor escenario para expresar las muestras de devoción fue el Santuario de la Virgen del Socavón, situado casi en las faldas del cerro Pie de Gallo, hasta donde llegaron los peregrinos, para dar gracias y pedir la bendición de la “Mamita”.
Los danzarines llegaron con muestras de cansancio en los rostros, pero con la satisfacción de haber bailado “por la Virgencita”. Muchos de ellos no podían contener las lágrimas, otros en señal de ofrenda dejaron en el altar sagrado parte de su indumentaria. Ya al anochecer se pudo apreciar una especie de alfombra de colores, compuesta por plumas de tobas, suri sicuris, alguna matraca, hondas, chanilias de colores y otros objetos dejados por los peregrinos.
La entrada de Peregrinación concitó la atención de decenas de periodistas nacionales y extranjeros que buscaban los mejores ángulos para grabar las imágenes que año tras año se muestran esplendorosas con el carisma propio emanado de tierras orureñas.
BANDAS
Las bandas de música que se presentan como un ejército de profesionales ejecutantes, sin lugar a dudas es otro ingrediente para el deleite del público. A lo largo de la reciente década se constituyen en una pieza importante de la “Obra Maestra”, la innovación de los pasos en una sincronía impresionante queda grabada en la retina y la mente de los espectadores.
La incorporación de mujeres en las bandas de música, cada año es más creciente, quienes le dan un toque especial al paso de las agrupaciones musicales. Así como simpáticos varones, muchos todavía niños y adolescentes.
ARTESANOS
La procesión de miles de bailarines permitió a la vez apreciar la creatividad, de manos anónimas que visten al Carnaval, quienes a lo largo de varios meses se esmeraron por presentar innovaciones en trajes, zapatos y máscaras fabricadas por miles y con un sello único que caracteriza a los careteros, bordadores, sastres, modistas y zapateros de Oruro.
El Carnaval de Oruro, proclamado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, cuya máxima expresión es la peregrinación protagonizada por miles de danzarines que bailan en honor de la Virgen del Socavón, se constituye en una bendición de la deidad religiosa, fue el comentario expresado en reiteradas ocasiones a través de los periodistas, comentaristas y locutores de la Red Unitel que ayer transmitieron las incidencias del paso de los diferentes conjuntos folklóricos que protagonizan el mayor espectáculo folklórico devocional de Bolivia.
La Obra Maestra, acuñada desde tiempos remotos en la región altiplánica de Bolivia, a 3.706 metros sobre el nivel del mar, ayer mostró para el mundo sus mejores galas. Miles de devotos danzantes alineados en grupos de diablos, morenos, phujllay, potolos, caporales, negritos, tobas, antawaras, tinkus, wititis, zampoñeros, suri sicuris, incas, kallawayas y otros, peregrinaron por aproximadamente 4 horas mostrando su impecable coreografía, colorido de trajes, sincronía en la danza y ante todo alegría como muestra de la fe que profesan hacia la virgen del Socavón.
El júbilo contagiante se desbordó hacia las graderías, desde donde el público a lo largo de casi 20 horas premiaba con aplausos el esmero de los peregrinos que bailaron rumbo al Santuario de la Virgen del Socavón.
El componente religioso de la presentación se pudo apreciar a lo largo de toda la jornada, pues cada conjunto folklórico encontró la manera de encabezar la procesión danzada con el armado de lujosos cargamentos, adornados con flores, aguayos, fina platería y tules de colores, en cuya cúspide fue instalada una réplica de la imagen de la Virgen del Socavón.
Este año, se apreció una agradable innovación pues dos columnas de mineros llevaron en andas la imagen sagrada, casi a media presentación de los conjuntos folklóricos, siendo la intención recordar a danzarines y fundamentalmente al público espectador que la majestuosidad de las danzas, es en honor de la “Patrona de los Mineros”, título con el que también se la reconoce a la Virgen del Socavón.
El mayor escenario para expresar las muestras de devoción fue el Santuario de la Virgen del Socavón, situado casi en las faldas del cerro Pie de Gallo, hasta donde llegaron los peregrinos, para dar gracias y pedir la bendición de la “Mamita”.
Los danzarines llegaron con muestras de cansancio en los rostros, pero con la satisfacción de haber bailado “por la Virgencita”. Muchos de ellos no podían contener las lágrimas, otros en señal de ofrenda dejaron en el altar sagrado parte de su indumentaria. Ya al anochecer se pudo apreciar una especie de alfombra de colores, compuesta por plumas de tobas, suri sicuris, alguna matraca, hondas, chanilias de colores y otros objetos dejados por los peregrinos.
La entrada de Peregrinación concitó la atención de decenas de periodistas nacionales y extranjeros que buscaban los mejores ángulos para grabar las imágenes que año tras año se muestran esplendorosas con el carisma propio emanado de tierras orureñas.
BANDAS
Las bandas de música que se presentan como un ejército de profesionales ejecutantes, sin lugar a dudas es otro ingrediente para el deleite del público. A lo largo de la reciente década se constituyen en una pieza importante de la “Obra Maestra”, la innovación de los pasos en una sincronía impresionante queda grabada en la retina y la mente de los espectadores.
La incorporación de mujeres en las bandas de música, cada año es más creciente, quienes le dan un toque especial al paso de las agrupaciones musicales. Así como simpáticos varones, muchos todavía niños y adolescentes.
ARTESANOS
La procesión de miles de bailarines permitió a la vez apreciar la creatividad, de manos anónimas que visten al Carnaval, quienes a lo largo de varios meses se esmeraron por presentar innovaciones en trajes, zapatos y máscaras fabricadas por miles y con un sello único que caracteriza a los careteros, bordadores, sastres, modistas y zapateros de Oruro.
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