Con el desarrollo del último recorrido, como se denomina el desplazamiento de los conjuntos folklóricos por diferentes arterias de la ciudad, con el objetivo de verificar la resistencia de sus componentes, se cumplió con una más de las costumbres previas de la entrada en devoción a la Virgen del Socavón, que se realizará entre el 13 al 16 de febrero cuando se desarrolle el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
En horas de la noche, el centro de la ciudad, inmediaciones de la Plaza 10 de Febrero, se convirtió en el punto de encuentro entre conjuntos, quienes esperaron su turno para ingresar por las calles principales.
Aunque se presume que las actividades relacionadas al Carnaval debían ser de carácter devocional en la última temporada, la plaza se convirtió en un centro de perdición y malas costumbres, puesto que se advierte el mal estado de jóvenes de ambos sexos, que con el pretexto de espectar los ensayos consumen bebidas alcohólicas.
NEGATIVO
Lo negativo de la actividad fue que las calles de Oruro se convirtieron en baño público y cantina abierta durante el desarrollo del recorrido que realizaron los conjuntos folklóricos que participan en la entrada de peregrinación del sábado y domingo de Carnaval.
La costumbre se convirtió en una disculpa para ingerir bebidas alcohólicas, provocando en la actualidad que jóvenes de ambos sexos se dediquen al consumo de bebidas alcohólicas ante la falta de control de las autoridades que no hacen cumplir normas para evitar este tipo de distorsión de la peregrinación.
En el caso del pasado domingo, algunas personas se asentaron en aceras de calles adyacentes a la plaza, para vender cerveza, actitud que permite que la actividad sea más pagana que religiosa.
Al margen de este hecho lamentable, se apreció la presencia de gente joven que con su entusiasmo logró que muchas personas trasladen sillas y observen a los danzarines en las calles del recorrido.
En horas de la noche, el centro de la ciudad, inmediaciones de la Plaza 10 de Febrero, se convirtió en el punto de encuentro entre conjuntos, quienes esperaron su turno para ingresar por las calles principales.
Aunque se presume que las actividades relacionadas al Carnaval debían ser de carácter devocional en la última temporada, la plaza se convirtió en un centro de perdición y malas costumbres, puesto que se advierte el mal estado de jóvenes de ambos sexos, que con el pretexto de espectar los ensayos consumen bebidas alcohólicas.
NEGATIVO
Lo negativo de la actividad fue que las calles de Oruro se convirtieron en baño público y cantina abierta durante el desarrollo del recorrido que realizaron los conjuntos folklóricos que participan en la entrada de peregrinación del sábado y domingo de Carnaval.
La costumbre se convirtió en una disculpa para ingerir bebidas alcohólicas, provocando en la actualidad que jóvenes de ambos sexos se dediquen al consumo de bebidas alcohólicas ante la falta de control de las autoridades que no hacen cumplir normas para evitar este tipo de distorsión de la peregrinación.
En el caso del pasado domingo, algunas personas se asentaron en aceras de calles adyacentes a la plaza, para vender cerveza, actitud que permite que la actividad sea más pagana que religiosa.
Al margen de este hecho lamentable, se apreció la presencia de gente joven que con su entusiasmo logró que muchas personas trasladen sillas y observen a los danzarines en las calles del recorrido.
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