Aunque apenas fueron tres cuadras en las que se festejó el Carnaval en Surapata, la alegría de los vecinos contagió a la ingente población sucrense que visitó en busca de despedir adecuadamente el Carnaval sucrense.
Los vecinos sacaron sus sillas y mesas e instalaron lugares al aire libre y las arterias para ofrecer alimentos y bebidas a los visitantes. Sin embargo, también hubo la oferta de salones de baile y de consumo, pues varias casas se transformaron en restaurantes y otras se aprestaron a ofrecer la mejor atención.
Una gran mayoría degustó los tradicionales asados de cerdo, parrilladas con diversas carnes e incluso picante de pollo y otros varios. Pero ningún visitante dejó de consumir "leche de tigre", cóctel, chicha y cerveza. La música fue un elemento indispensable en la zona; música diversa, desde servicios profesionales de amplificación hasta grupos musicales que interpretaron cuecas, bailecitos y huayños y por ahí uno que otro acordeonista.
Dos pucaras a falta de una. La primera, en la parte culminante de la gradería que da acceso a una de las arterias principales del lugar; la otra casi en el frontis de radio "Encuentro". En ambas, lo más grato fue el cariño de los vecinos que daban la bienvenida a los visitantes e incluso invitaban alguna que otra copa.
Pese al consumo de alcohol la tarde transcurrió sin mayores novedades, con tranquilidad y alegría. Fue efectiva y destacable la presencia y conducta de los funcionarios policiales que vigilaron la zona y los alrededores para evitar hechos delictivos o de violencia.
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