Con el Domingo de Tentación finalizó la fiesta de Carnaval en la ciudad de La Paz, donde se efectuaron varios actos oficiales, así como un colorido despliegue de comparsas y conjuntos musicales. Ni siquiera la amenaza de lluvia logró alejar a la multitud en la plaza Murillo, donde bailó cuecas y huayños.
El conjunto Los Olvidados amenizó el mediodía paceño y, al ver que se iban formando nubarrones, los artistas pidieron al público que “soplen hacia el cielo, como dice la tradición”, para ahuyentar de esa manera toda amenaza de tormenta. Una vez concluida esta presentación se efectuó la escenificación del Entierro del Pepino, con dramáticos llantos de fondo de viudas que gritaban ante el ataúd, para luego rondar la plaza al ritmo de la música fúnebre y seguir en la caravana hasta la plaza Pérez Velasco.
“La plaza Murillo ha quedado chica”, aseguró a La Prensa Wálter Gómez, oficial mayor de Culturas. Varias familias, parejas y jóvenes se dieron cita para bailar las tonadas al ritmo de las mandolinas y las guitarras. Un nuevo “olvidado”, Guido Monzón, dijo que durante los dos años que conforma el conjunto pudo ver “que los jóvenes aprenden a conocer sus costumbres e instrumentos como la mandolina”. Además aseguró que este año superaron los 1.500 “olvidados” entre músicos e integrantes de su comparsa.
El Carnaval de este año tuvo la característica de tener dos ataúdes con sus respectivos pepinos, debido a que mientras lo enterraban en la plaza Murillo, en los alrededores del Cementerio General se desarrollaba la tradicional Entrada de Ch’utas y Pepinos, quienes contagiaban su entusiasmo a los espectadores. Allí, algunas comparsas de ch’utas vistieron sus automóviles y minibuses con traje de pepino.
Javier Escalier, presidente de la Asociación de Comparsas del Carnaval Paceño, aseguró a La Prensa que se ha logrado “consolidar al ch’uta y al pepino como los personajes característicos del Carnaval paceño”, y que este año “fueron más de 25 comparsas” las que pasaron por el palco ubicado cerca de la puerta principal del Cementerio.
Las calles que circundan al camposanto fueron cerradas desde tempranas horas de la mañana para evitar el congestionamiento vehicular, así como la plaza Murillo se vio rebasada por las personas que, espontáneamente, buscaban espacios para hacer rondas o bailar la tradicional cueca. Más de una ronda se formó en las calles adyacentes a la plaza principal. Juan Manuel Miranda, director de Comunicación de la Oficialía Mayor de Culturas, manifestó a La Prensa estar alegre por el éxito del Carnaval, pues se logró “llegar a las provincias y expandir la fiesta”. Gómez, por su parte, resaltó el hecho de que disminuyó el consumo de bebidas alcohólicas mediante ordenanza municipal.
Desde el palco ubicado cerca del Cementerio General, Escalier subrayó que la Entrada de Ch’utas y Pepinos es la más antigua de la ciudad y se trata “realmente de una fiesta popular que no es para nada elitista”. Aconsejó también al público llegar más temprano porque por la tarde un chaparrón momentáneo dejó algunos asientos vacíos. Escalier, vestido de pepino, concluyó diciendo: “La fiesta debe continuar”.
Artistas pidieron al público“soplar al cielo”, esto para “evitar la lluvia”.
Entel vistió un camión de Pepino
Este año llamó la atención el llamado “camión carnavalero de Entel”, que fue vestido de Pepino y estuvo presente en las principales entradas de La Paz, recorriendo calles y derrochando entusiasmo, música y entretenimiento. Otra de las actividades patrocinadas por la empresa estatal fue la elección de la Reina del Carnaval, que contó con la presencia como jurado calificador del reconocido conductor televisivo Sixto Nolasco, además de reunir a los personajes más populares de la farándula paceña.
La Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) se unió también a la alegría de los jóvenes paceños que alcanzó su mayor expresión en la tradicional fiesta que todos los años organiza el grupo Bacanes, y que para esta versión contó con la participación de grupos musicales de primer nivel, tal es el caso de Magic Juan, Octavia, Quirquiña, Los Tigres y otras agrupaciones tradicionales de las carnestolendas como Los Olvidados.
El conjunto Los Olvidados amenizó el mediodía paceño y, al ver que se iban formando nubarrones, los artistas pidieron al público que “soplen hacia el cielo, como dice la tradición”, para ahuyentar de esa manera toda amenaza de tormenta. Una vez concluida esta presentación se efectuó la escenificación del Entierro del Pepino, con dramáticos llantos de fondo de viudas que gritaban ante el ataúd, para luego rondar la plaza al ritmo de la música fúnebre y seguir en la caravana hasta la plaza Pérez Velasco.
“La plaza Murillo ha quedado chica”, aseguró a La Prensa Wálter Gómez, oficial mayor de Culturas. Varias familias, parejas y jóvenes se dieron cita para bailar las tonadas al ritmo de las mandolinas y las guitarras. Un nuevo “olvidado”, Guido Monzón, dijo que durante los dos años que conforma el conjunto pudo ver “que los jóvenes aprenden a conocer sus costumbres e instrumentos como la mandolina”. Además aseguró que este año superaron los 1.500 “olvidados” entre músicos e integrantes de su comparsa.
El Carnaval de este año tuvo la característica de tener dos ataúdes con sus respectivos pepinos, debido a que mientras lo enterraban en la plaza Murillo, en los alrededores del Cementerio General se desarrollaba la tradicional Entrada de Ch’utas y Pepinos, quienes contagiaban su entusiasmo a los espectadores. Allí, algunas comparsas de ch’utas vistieron sus automóviles y minibuses con traje de pepino.
Javier Escalier, presidente de la Asociación de Comparsas del Carnaval Paceño, aseguró a La Prensa que se ha logrado “consolidar al ch’uta y al pepino como los personajes característicos del Carnaval paceño”, y que este año “fueron más de 25 comparsas” las que pasaron por el palco ubicado cerca de la puerta principal del Cementerio.
Las calles que circundan al camposanto fueron cerradas desde tempranas horas de la mañana para evitar el congestionamiento vehicular, así como la plaza Murillo se vio rebasada por las personas que, espontáneamente, buscaban espacios para hacer rondas o bailar la tradicional cueca. Más de una ronda se formó en las calles adyacentes a la plaza principal. Juan Manuel Miranda, director de Comunicación de la Oficialía Mayor de Culturas, manifestó a La Prensa estar alegre por el éxito del Carnaval, pues se logró “llegar a las provincias y expandir la fiesta”. Gómez, por su parte, resaltó el hecho de que disminuyó el consumo de bebidas alcohólicas mediante ordenanza municipal.
Desde el palco ubicado cerca del Cementerio General, Escalier subrayó que la Entrada de Ch’utas y Pepinos es la más antigua de la ciudad y se trata “realmente de una fiesta popular que no es para nada elitista”. Aconsejó también al público llegar más temprano porque por la tarde un chaparrón momentáneo dejó algunos asientos vacíos. Escalier, vestido de pepino, concluyó diciendo: “La fiesta debe continuar”.
Artistas pidieron al público“soplar al cielo”, esto para “evitar la lluvia”.
Entel vistió un camión de Pepino
Este año llamó la atención el llamado “camión carnavalero de Entel”, que fue vestido de Pepino y estuvo presente en las principales entradas de La Paz, recorriendo calles y derrochando entusiasmo, música y entretenimiento. Otra de las actividades patrocinadas por la empresa estatal fue la elección de la Reina del Carnaval, que contó con la presencia como jurado calificador del reconocido conductor televisivo Sixto Nolasco, además de reunir a los personajes más populares de la farándula paceña.
La Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) se unió también a la alegría de los jóvenes paceños que alcanzó su mayor expresión en la tradicional fiesta que todos los años organiza el grupo Bacanes, y que para esta versión contó con la participación de grupos musicales de primer nivel, tal es el caso de Magic Juan, Octavia, Quirquiña, Los Tigres y otras agrupaciones tradicionales de las carnestolendas como Los Olvidados.
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