El investigador Zenobio Calizaya Velásquez, opinó ayer que los gobiernos: nacional, departamental y municipal deben coincidir en el desarrollo de una verdadera política cultural de protección al Carnaval y sus danzas folklóricas y para ello disponer de recursos económicos.
Aseveró que las personas vinculadas a la organización del Carnaval de Oruro debían trabajar permanentemente en la difusión sostenida de esta festividad folklórica y que las evaluaciones deben ser inmediatas.
Explicó que no existe justificativo para postergar el inicio inmediato de las evaluaciones y que la difusión de la promoción de esta muestra folklórica, el Carnaval de Oruro, que logró la distinción de la Unesco como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
Dijo que, desafortunadamente nos avocamos a la realización de ciertas manifestaciones coyunturales de fin de año, porque se acerca el Carnaval o un poquito después, pero a lo largo el año no se hace nada.
Respecto de la evaluación, dijo que debe iniciarse pasada la fiesta, para así establecer cuál fue la proyección, el impacto que se logró y si la acogida fue positiva o negativa, cuáles son los problemas fundamentales que desprestigian el Carnaval, como establecer políticas para minimizar el consumo de bebidas alcohólicas, por ejemplo.
Comentó que a través de esta evaluación deben surgir, de manera sostenida políticas educativas que tengan como efecto conciencia ciudadana sobre los peligros del consumo de bebidas alcohólicas.
Dijo que la prohibición del consumo de licores no debe ser solamente por la temporada del Carnaval, es por eso que se debe hacer énfasis en el desarrollo de políticas de educación.
En este tema, también se debe tomar en cuenta la educación sobre los orígenes del carnaval, lo mismo que las danzas como la Diablada, la Morenada, sólo para mencionar dos casos.
Dijo que los estudiantes desde niveles iniciales muy poco conocen, por ello es que la difusión debe ser permanente, todo el año; eso es lo que se hace en otros países, pues “nosotros no hacemos lo mismo y nos avocamos a cosas pequeñas”.
Expresó que, generalmente reaccionamos cuando otros países presentan expresiones folklóricas como la diablada o los caporales como si fueran suyos, se generaliza la protesta y después de un tiempo no pasa nada.
Mencionó que hay un problema que se tiene en Oruro y quizá en todo el país, es que se entiende a las manifestaciones culturales sólo en el plano coyuntural o de momento y nunca se piensa que debe responder a una estructura profunda e incluso política de gobierno, llámese nacional, departamental o local.
Dijo que el Carnaval de Oruro es patrimonio de la humanidad, tiene proyección de carácter universal y desde ese punto de vista, cuando uno realiza viaje a otros países, uno extraña no hallar referencias sobre Oruro, el Carnaval.
“Alguna vez yo observé, en San Juan de Puerto Rico, al visitar el Museo de las Américas, la exhibición de manifestaciones como la Diablada que se muestra a nombre de una manifestación del folklore peruano y no boliviano, peor Orureño”, explicó Zenobio Calizaya Velásquez.
Manifestó que en esa circunstancia nadie dijo nada precisamente porque faltó información y vehículos de comunicación para que se conozca a nivel mundial que la Diablada es boliviana y muy arraigada en el folklore de Oruro.
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