Con un llamado a la defensa de la vida, que estaría en peligro de muerte por violentar al medio ambiente y a la madre tierra por la irresponsabilidad de conductores de vehículos en las carreteras, por la pérdida de valores de una convivencia civilizada y por la siembra permanente de divisiones, egoísmo y odios en la sociedad boliviana, monseñor Luis Sainz celebró ayer en la plaza cochabambina de Quillacollo la sagrada eucaristía en honor a la Virgen de Urkupiña, patrona de la integración nacional.
La liturgia de acción de gracias por las bendiciones recibidas de la Virgen de Urkupiña empezó a las 11.00 con la llegada del vicepresidente del Estado Álvaro García Linera, que estuvo acompañado del gobernador de Cochabamba, Edmundo Novillo; el alcalde de Cercado, Edwin Castellanos; la Alcaldesa de Quillacollo y el ingreso del arzobispo de Cochabamba, Tito Solari, del arzobispo auxiliar Luis Sainz y el ex arzobispo René Fernández. Durante la celebración litúrgica, el Arzobispo Auxiliar de Cochabamba invocó a “sembrar en los corazones de la familia boliviana fraternidad, solidaridad y convivencia pacífica”.
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