7 de agosto de 2010

Museo del Diablo tiene muchas irregularidades

El Museo del Diablo que se está implementando en dos salas del Museo Antropológico, Mario López Rivas, de la zona Sur de la ciudad tiene una serie de irregularidades y deficiencias. La denuncia fue hecha por el ciudadano, Jorge Vargas Luza, quien además de ser investigador de esta área, es folklorista y está muy preocupado en la forma que el Ministerio de Culturas encara este proyecto.

Vargas pidió a LA PATRIA pueda acompañar a un recorrido en el museo antropológico, para corroborar las denuncias que hizo la ministra de Culturas, Zulma Yugar a través de medios de comunicación nacionales, en el sentido de que el museo del diablo sería “trucho”.

“Las personas indicadas para estos temas, tienen que ser necesariamente personas que conozcan estos temas. No es simplemente, que por estar en el poder o estar ocasionalmente de autoridad en alguna institución se tenga que nombrar a personas que hagan trabajos que no conocen o trabajos que están mal hechos. Lo peor es que se vayan gastando recursos como los que se menciona en los medios, como es alrededor de seis mil dólares por un trabajo mal hecho”, afirmó.

Vargas aseguró que el museo debe reunir una serie de condiciones y fue dirigido por personas sin un ápice de conocimiento de lo que es el valor artesanal y del Carnaval de Oruro.

El ciudadano manifestó que se reunirá con las principales autoridades municipales, para expresar su preocupación al respecto. Aunque este tema es de conocimiento del Gobierno Municipal de Oruro; ya que la Oficialía Mayor de Cultura presentará este lunes a la alcaldesa, Rossío Pimentel, un informe en detalle acerca de las irregularidades que se detectaron en el Museo del Diablo.

MUSEO

De acuerdo a lo que se conoció extraoficialmente, las encargadas de la ejecución del Museo del Diablo, eran las funcionarias del Ministerio de Culturas, Juana Antequera y Beatriz Loayza.

La primera funcionaria tenía a disposición 6.000 dólares que debían servir para comprar la ropa de los personajes principales de la danza de la diablada, así como en otros elementos que deben ser colocados en el museo.

Anteriormente, se consensuó entre las entidades conocedoras de la actividad del Carnaval de Oruro, que el Ministerio de Culturas debía abastecerse de los objetos de determinados proveedores, conocedores en detalle sobre la confección de la ropa de la danza de la diablada, sin embargo, aquel compromiso no se cumplió.

Se supo que la señora Antequera pidió a un bordador que le haga entrega de la vestimenta completa de los personajes de la diablada, con el trato de “obra vendida”. Es decir, que el bordador debía entregarle desde las botas hasta las caretas a la mencionada funcionaria, para que ella a su vez haga entrega a los técnicos que fueron contratados para el armado del museo, Grover Padilla Durán y José Azeñas Zúñiga.

En el caso de las caretas, las que debían hacerse por Germán Flores, fueron hechas en fibra de vidrio y no en yeso, además que no llevan la mitología del Carnaval de Oruro; el bordado de los trajes, que si bien muestran lujo, no se utilizó un material de primera, como en los trajes que se utilizan en la Obra Maestra.

Por otro lado, la información iconográfica que llevarán los personajes está mal hecha y con errores de ortografía y de escritura.

Los trajes de los personajes de la diablada fueron llevados al museo a mediados de julio.

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