Los fieles bailarines, devotos de la Virgen de Guadalupe, se dieron el último “gustito” y bailaron una vez más, esta vez en la Cacharpaya, que cerró con broche de oro la entrada folclórica de este año.
Como si el recorrido oficial del día sábado no habría sido de por sí extenuante, ayer, domingo, bailarines de varias confraternidades se pusieron los trajes, estiraron los músculos y, una vez más se dejaron llevar por el ritmo de bombos, plati-llos y trompetas.
Si bien no todas las confraternidades que participaron de la entrada se sumaron a la Cacharpaya, un importante contingente de danzarines realizó el recorrido hasta la plaza 25 de Mayo. Evidentemente el paso de las agrupaciones no fue continuo y, más bien, se dejaron esperar; empero, eso no significó la indiferencia de los espectadores, que al menos en la plaza central, aprovecharon las graderías para comer algo ligero y tomar una bebida refrescante.
La Cacharpaya contó, sobre todo, con la presencia de agrupaciones de Morenadas, muchas de las cuales recurrieron a sus trajes alternativos, los mismos que usaron durante el convite.
Luego de la algarabía del sábado, el cansancio también se dejó sentir en el público, que disminuyó considerablemente a lo largo del tramo.
SIN LA IMAGEN
Concluido el recorrido, los fieles manifestaban su alegría y satisfacción por el último esfuerzo completado. Eso sí, la imagen de la Virgen de Guadalupe no estuvo ahí para esperarlos y reconocer su sacrificio. Así que como no había a quien rezar, los bailarines y músicos intercambiaban recuerdos de la entrada 2010 con la reproducción de la imagen santa, todo ello complementado con sesiones de fotos.
TODA UNA FERIA
La plaza Aniceto Arce y parte de la avenida Venezuela, a propósito de la Cacharpaya, se convirtieron en una feria comercial. Era una plaza de comidas con un menú para todos los gustos y bolsillos; la avenida, entretanto, se colmó de comerciantes que ofertaban desde gafas de sol hasta ropa de diferentes tipos.
HUBO CONTROL, PERO FUE INSUFICIENTE POR LA GENTE
“Son pocos los que controlan y muchos los que beben”. Así resumió ayer la vicepresidenta del Comité de Festejos y Fraternidades Folclóricas Virgen de Guadalupe, Antonieta de Humerez, lo ocurrido este fin de semana, en el desfile folclórico en honor a la Mamita Gualala. Dijo que el espectáculo fue bueno, pero que no se pudo evitar, una vez más, el excesivo consumo de alcohol.
“La gente tendrá que evaluar. En cuanto al desfile folclórico, sin embargo, el primer día ha sido un espectáculo muy bonito, con la presentación de las provincias, especialmente, donde se vio el baile tradicional de los municipios”, señaló de Humerez.
“En cuanto al segundo día ha sido, lógicamente, una presentación más ordenada, podríamos decir, pero, lamentablemente, los baches siempre existen. Esa fue la parte, un poquito, negativa. Hay que tomar en cuenta que los grupos esperan la hora pico para entrar a la Plaza (18:00 ó 19:00) Muchas veces retrasan el paso intencionalmente para llegar a esa hora”, sostuvo.
De Humerez también se refirió al comportamiento del público. Lamentó que se haya repetido el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, sobre todo en jóvenes. “Esa es la parte fea de la Entrada”, apuntó. “Nosotros nos quedamos hasta lo último. Esa es nuestra misión, hasta las 2:00 (del domingo), y era desastroso ver a esa gente, que estaba en un estado lamentable”, añadió.
CORREO DEL SUR también estuvo en el cierre del desfile folclórico. Luego de que la última fraternidad hizo su paso por la Hernando Siles, esa avenida se convirtió en un “bar abierto”. Botellas de licor por todo lado, jóvenes ebrios, riñas, papás luchando con sus hijos para recogerlos, orines por todo lado y una enorme cantidad de basura.
La Policía se quedó, esta vez, hasta lo último, aunque no pudo hacer mucho. “Otras veces, se iban temprano, pero son pocos los que controlan y muchos los que beben”, insistió.
La Alcaldía presentará su evaluación de la fiesta hoy, y las “Gualalas”, mañana, martes.
SERPENTINA HASTA EN LOS ÁRBOLES
Los despojos del festejo no se habían recogido hasta ayer, domingo. Algunos árboles de plaza 25 de Mayo, como si fueran parte de un escenario carnavalero, quedaron con las ramas llenas de serpentinas, detalle que contrastó con el trasfondo de los edificios patrimoniales e históricos, entre ellos la Casa de la Libertad.
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