El significado del mito ancestral del “Tío de las minas”, se remonta a muchos siglos atrás cuando los mineros que explotaban las ricas vetas de metal en los socavones que circundaban cualquier poblado, tenían por costumbre venerar una figura esculpida en arcilla roja que representaba al diablo, el cual lleva una vestimenta parecida a la de los soldados romanos, según explicó ayer el escritor Vicente González-Aramayo Zuleta.
De esta manera se resume la participación del escritor orureño, en el Coloquio Histórico Religioso patrocinado por la Congregación de los Siervos de María, el Consejo del Santuario del Socavón, Movimiento Franciscano de Justicia y Paz, Amerindia Oruro, que se realizó en horas de la noche en ambientes del Socavón Café Concert.
En la oportunidad explicó que el pollerín del soldado lleva más cantidad de tapas, mientras que del diablo lleva simplemente cinco y en cuanto a la pechera dijo que son muy parecidas y las botas similares, por ser cortas.
Respecto a la careta, manifestó que por tratarse de una figura diabólica su cara es deforme con ojos grandes que hace años eran representados con focos de helio por sus dimensiones grandes y que al ser de vidrio eran pintados para lograr una mejor imagen de la divinidad relacionada con el Dios Huari que se dice fue el antecesor del diablo.
Según la participación de las personas que estuvieron presentes en el coloquio, la figura del diablo es una figura con características humanas con los pies volcados para atrás en algunos casos y que siempre es modelado en arcilla, con un metro de estatura, imagen a la que todos los viernes los mineros rinden pleitesía colocando en su cuello serpentina, ch’allando con alcohol y acullicando coca.
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