Cuando faltan 37 días para celebrar el Carnaval, en Cochabamba ya son notorios los preparativos para la fiesta por la organización del evento en algunos municipios, el trabajo de los bordadores y los cada vez más frecuentes juegos con globos llenos de agua en las principales avenidas de la ciudad.
Los bordadores de la calle Nataniel Aguirre y del mercado Calatayud ya trabajan en cientos de trajes de caporales o morenos que quieren ir a bailar al Carnaval de Oruro, o para las fraternidades de bolivianos que viven en el exterior (Estados Unidos y España) que también celebran esta fiesta con bailes típicos del país.
Al igual que los bordadores, los muchachos de la capital empezaron a vivir la fiesta pues tomaron las avenidas Pando, Santa Cruz y Gualberto Villarroel además de la plaza de Cala Cala, el Prado y la plaza Colón para jugar con globos llenos de agua en batallas campales en las que existe mucha violencia contra las mujeres que pasan por estos lugares, sin que las autoridades del municipio asuman medidas al respecto pues la ordenanza en la que se considerarán las prohibiciones continúa siendo debatida por la comisión tercera. Según explicaron los concejales del Cercado, esta norma podría considerarse en el pleno de la entidad, en la sesión del martes de la próxima semana.
Contrariamente, en el municipio de Quillacollo ya se prohibió el juego con globos, pues según explicó la alcaldesa Carla Lorena Pinto “queremos recuperar nuestras tradiciones de antaño y frenar la violencia que ha destruido nuestras costumbres”.
Este adelanto de la celebración no es coherente con la fiesta en sí, pues según explicó el responsable de comunicación del Arzobispado, el sacerdote Fernando Carrillo, “el carnaval es una fiesta aceptada por la Iglesia Católica para que las personas puedan dar rienda suelta a la carne y logren entrar sosegados al inicio de la cuaresma”, razón por la cual la fiesta de los excesos tiene las fechas de inicio y fin muy bien definidas.
Tanto es así, que según explicó el religioso, la definición de los días en los que caerá el Carnaval se establece en base a la Semana Santa, que se calcula en base a la pascua judía (definida por el día del Pesha, que fue la fecha en la que este pueblo escapó de la esclavitud a la que fueron sometidos por el faraón en Egipto), pues según relata la Biblia, ese día coincide con el jueves santo en el que ocurrió la última cena de Jesucristo.
“Aprovecharon la luz de la luna llena para huir de Egipto”, dijo Carrillo, refiriéndose al pueblo judió y después sostuvo que según los relatos de los antiguos libros hebreos, esta huída ocurrió en la primera luna llena de la primavera del hemisferio norte, que en esta región del mundo cae entre marzo y abril. A partir de la definición de la Semana Santa, “hay que contar 40 días atrás para establecer el día en el que cae el miércoles de ceniza, y las fiestas de carnavales se celebran sólo dos días antes”.
El origen del Carnaval tendría origen egipcio y es más antiguo que la religión católica.
No hay agua en las presas
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) informó que se pronostica que en Cochabamba lloverá sólo una semana más y que febrero será un mes practicamente seco, situación que afectaría considerablemente a la dotación de agua de Semapa a los hogares de Cochababa, pues según informó hace pocos días su gerente, Julio Vargas, las presas están llenas en apenas el 30 por ciento de su capacidad, que es una cantidad muy pequeña de agua como para satisfacer las necesidades de la población cochabambina.
Esta situación también deberá ser considerada por los concejales de Cercado al momento de definir si es que aprobarán el juego con agua en este Carnaval.
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