Para evitar avasallamientos a nuestra identidad y cultura boliviana, los compositores orureños Alberto Luís Aguilar y Becho Rivera plantearon ayer políticas y lineamientos de acción para la defensa del patrimonio nacional.
Dentro la salvaguarda y promoción cultural se propone una articulación entre las embajadas, consulados, Ministerio de Culturas e incluso la Cancillería, bajo la premisa que estas instancias promuevan la riqueza de Bolivia y se conviertan en generadores de hechos.
“Yo creo que las embajadas deberían volverse vitrinas que puedan difundir nuestra identidad cultural, además ser difusores para promocionar y promover la riqueza artística del Occidente y Oriente. También pensamos que es necesario que estas instancias busquen los nexos y relaciones con las tiendas de los diferentes países para exponer nuestras artesanías”, sostuvo Aguilar.
Las medidas que plantean, las cuales serían a nivel de todas las esferas del Estado, se encuentran enmarcadas dentro un plan y estrategia nacional de defensa y custodia de las diferentes expresiones culturales.
“Hace no mucho teníamos a gente peruana que defendía la utilización del traje de la diablada, por parte de su representante, en una elección de mises que hubo. Este hecho me causó extrañés, ya que la danza está registrada como Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad junto al Carnaval de Oruro. No debemos olvidar que en la recomendación de la Unesco, al declarar esta expresión nuestra, se hizo una catalogación no sólo de todas las danzas sino también de la música, vestimenta, pasos e incluso el ritmo”, agregó.
El compositor orureño, asimismo, afirmó que los planteamientos que se hacen en cuanto a la defensa cultural, deben ser principalmente canalizados mediante el Ministerio de Culturas, para imprimir con mayor fuerza la protección de los bienes materiales e inmateriales del Estado boliviano.
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