La celebración se realiza en la ciudad de Oruro, la cual es considerada la capital folclórica de Bolivia. Esta festividad coincide con el festival Ito para los indígenas Uru.
El culto a la Virgen de la Candelaria se expandió a lo largo de los Andes llegando a Oruro, al sur, y a Puno, al oeste. En Oruro existe un santuario en honor a la Virgen del Socavón (nombre dado a la Virgen de la Candelaria) que era venerada originalmente el 2 de febrero, al igual que en otras partes de la región, pero esta fecha se desplazó a las del Carnaval en esta ciudad. Esta transición fue producto de la guerra de la independencia boliviana.
Existe una leyenda que cuenta que durante el sábado de Carnaval del año 1789, un bandido llamado Anselmo Bellarmino, conocido en esa ciudad como el Nina-Nina o el Chiru-Chiru, fue mortalmente herido durante una pelea callejera, y que antes de morir fue confrontado por la Virgen de la Candelaria.
Algunas versiones dicen que éste solía adorar a una imagen de tamaño natural de la Virgen pintada en la pared de una casa abandonada, otros dicen que esta pintura apareció milagrosamente en la casa del bandido tras su muerte, también se dice que el cura Carlos Borromeo Mantilla escuchó la confesión de Anselmo Bellarmino, quien dijo haber raptado a Lorenza Chuquiamo y declaró haber sido socorrido por una joven que prendía dos cirios en la cima del cerro Pie de Gallo. La leyenda concluye con el relato de una tropa de diablos danzando en honor de la Virgen durante el Carnaval del año siguiente. El santuario fue completado el año 1891.
El año 2001, la UNESCO declaró al Carnaval de Oruro como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”, y a partir del 2008 este espectacular evento pasó a formar parte de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
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