Los representantes de la Fraternidad Cultural Reyes Morenos Comibol de Oruro, fundada en 1978, que tienen la representación de la Virgen de la Candelaria, decidieron que la Mamita del Socavón no se concentre sólo en la capital del folklore, motivo por el que la imagen religiosa visitó ayer la redacción del periódico Cambio.
Uno de los representantes de la fraternidad de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Reynaldo López, explicó que los trabajadores mineros consideran que la imagen religiosa no debe estar centralizada en la misma fraternidad, ni en Oruro, y que “su bondad debe ser compartida con las familias bolivianas y en sus hogares”.
“Es realmente una bendición tener a la Virgen Candelaria, conocida también por los trabajadores mineros como Mamá Candicha o Candila. Por lo que la visita tiene la finalidad de que el trabajo en el periódico sea más próspero, para que se cumpla con la construcción del verdadero significado del cambio en el país y que sea cada vez más profundo”, aseveró López, quien asegura que traer a la imagen desde Oruro a La Paz ha costado más de 12 horas, por una serie de vicisitudes.
Los rituales y ceremonias se cumplen en Oruro con motivo del Carnaval, que fue nombrado Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible en 2001 y que este año se celebrará del 4 al 7 de marzo. El origen de la aparición de la Virgen del Socavón se remonta a 1789, cuando los mineros deciden reverenciarla cada año bailando con fe y devoción con diferentes danzas.
López explicó que la Fraternidad Cultural Reyes Morenos Comibol está conformada por los trabajadores de los sindicatos San José, Catavi y Siglo XX, además de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros, y que tiene como su presidente fraterno a Edmundo Cámara.
La fraternidad, en sus más de tres décadas, ha contribuido a la defensa del folklore y la consolidación de Oruro y su Carnaval como Patrimonio de la Humanidad.
López recuerda que el anhelo de los fraternos mineros surgió en 1936, cuando se constituyó la primera Central Obrera Boliviana (COB), conformada principalmente con la presencia de los sindicatos mineros y que posteriormente lograron construir la gloriosa Federación de Trabajadores Mineros de Bolivia.
“Pasaron algo más de 40 años para que sea una realidad la integración entre la participación y el gran antruejo en honor de la Virgen de la Candelaria y la lucha por las verdaderas reivindicaciones del sector minero”, aseveró López, quien aseguró que durante estas cuatro décadas ocurrieron hechos y anécdotas en torno a la imagen de la Mamita Candicha.
Uno de los hechos que relata el representante y ex minero se remonta a 1986, cuando se produjo el decreto de relocalización de los trabajadores, es cuando un grupo de mineros irrumpe en las oficinas de Comibol en Oruro con el único objetivo de recuperar a la Virgen y evitar su desaparición. “La fe puesta en la Mamá Candila volvió aglutinar a los trabajadores y, a pesar de no contar con pasantes, continuaron con su actividad y nunca se puso en riesgo su rol integrador, cultural e histórico”, mencionó López.
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