La llama de la fe ardió en el corazón de los orureños al contemplar el rostro de la Mamita del Socavón
La multitudinaria procesión que se realizó ayer en la noche, demostró la inagotable fe y devoción de los orureños, iluminando de esta forma el rostro gentil de la Virgen de la Candelaria con el millar de cirios encendidos por los feligreses que recorrieron las principales calles de la capital para postrarse ante el altar de la inspiradora de todo lo bello en Oruro.
En la homilía presidida por el Obispo, Monseñor Cristóbal Bialasik se resaltó el milagro de María, Madre de Dios, como ejemplo de vida de todos para proteger a las familias bolivianas, destacando sus virtudes, como la entrega total e incondicional a su esposo José y su hijo Jesús.
También se refirió a los problemas que atraviesa la fe cristiana en el mundo y que el lucero que aún destella en los corazones orureños se irradie encentrando la voz interior para retomar el camino a la redención en compañía de María, quien guiará e intercederá por todos los que se arrepientan de sus faltas.
Asimismo, dijo que lo más importante es mantener el núcleo familiar pese a todo lo que se interponga y que hombres y mujeres no se deben dejar arrastrar por los placeres mundanos, ni carnales.
En la procesión también estuvo como invitado el obispo de Cochabamba, Monseñor Tito Solari, quien resaltó la fe de los orureños hacia la Virgen de la Candelaria.
“Es una alegría grande compartir la fe del pueblo, sobre todo en las peregrinaciones. Yo percibo que Oruro tiene un alma religiosa que se dirige a la Virgen del Socavón. Que la fe de todos nosotros crezca en la fraternidad, la reconciliación y la solidaridad. Para mí es una gran alegría y gratitud al monseñor por permitirme participar este día”, manifestó la autoridad que acompañó a la ciudadanía en la peregrinación.
A este acto religioso asistieron las autoridades de la Gobernación, Alcaldía y Concejo Municipal, junto a policías, militares, cívicos, autoridades judiciales, del Defensor del Pueblo, folkloristas, mineros, artesanos, bordadores, boteros, instituciones civiles, eclesiásticas, músicos, artistas y público en general que colmaron el Centro Mariano.
La organización estuvo impecable, puesto que se logró que todos tuvieran su lugar para escuchar la homilía. Las imágenes de la santísima patrona fueron aplaudidas cada una al tomar su lugar en el atrio del Santuario, saludando su paso con pétalos de rosa, cánticos, oraciones y cirios.
La multitudinaria procesión permitió ver que mientras los grupos iniciales llegaban al Centro Mariano, el resto de los peregrinos estaban todavía en la calle Adolfo Mier y Velasco Galvarro. Cuando los feligreses llegaban a su destino se escuchaban alabanzas en honor a la Santísima, se podía ver cirios, teas encendidas y los faroles de los cascos de los mineros cooperativistas y de La Joya, que como luciérnagas jugaban con la brisa suave de la noche mágica por el encanto de las banderas que se contoneaban al ri
tmo de las canciones que decían al unisonó, “perdón por tantas veces que te olvide… Perdóname”.
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