Se realizó una nueva versión de esta entrada, denominada también como Pasacalle, donde participaron conjuntos folklóricos del Perú, con una serie de danzas locales y típicas, también se dieron el gusto de mostrar danzas nacionales y muy propias del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, como cullaguadas, morenadas, diabladas, caporales y otros.
También estuvieron presentes delegaciones de Chile, Argentina, Brasil y Colombia. Bolivia, país que fue uno de los más esperados, se hizo presente con una delegación de tres conjuntos folklóricos, como la Cullaguada Oruro, los caporales Reyes de la Tuntuna ENAF y la Diablada Artística Urus, que cerró con broche de oro, el recorrido de más de cinco kilómetros.
Un poco después del mediodía, hora peruana, se dió inicio a esta actividad que congregó a miles de personas en las principales calles de la ciudad tacneña. La ruta, a diferencia de otros años, creció en número de cuadras por determinación del alcalde de Tacna, Fidel Carita Monroy.
Cada uno de los grupos participantes mostró alegría, donaire, entusiasmo, colorido y belleza, sin embargo el lujo, la originalidad y la emoción estuvieron en los conjuntos bolivianos que hicieron prevalecer que el origen de las danzas folklóricas está en Bolivia y su Capital del Folklore, Oruro.
El público vibró con cada una de las danzas bolivianas, al grado de seguir a estos conjuntos una vez que hicieron su paso por las calles, el público en general aplaudía a cada instante el paso de los cullaguas, caporales y diablos, que estuvieron muy bien identificados con los colores de la enseña tricolor.
El público en más de una ocasión, la noche del sábado, afirmó que la autenticidad de las danzas había llegado a Tacna, para estar presente en el desfile callejero.
Cada uno de los tres conjuntos tuvieron una banda de música que los acompañó durante el recorrido, en algunas ocasiones interpretaron melodías muy desconocidas a las tradicionales que se escuchan en el Carnaval de Oruro, pero tras una breve explicación a los músicos acerca de las melodías, éstos captaron y adecuaron su música en base a lo conocido.
Por ejemplo, fue muy emocionante escuchar en los caporales "Viva, Viva mi San José". En el caso de la Cullaguada Oruro, las melodías estuvieron en gran medida acorde a lo que se quería.
Los diablos del buzo celeste no lograron escuchar ninguna de sus melodías tradicionales, porque los músicos no las sabían, sin embargo, bailaron melodías muy típicas de la Gran Tradicional Auténtica Diablada Oruro, Diablada Ferroviaria, Diablada Oruro y la Fraternidad Artística y Cultural La Diablada. Al final no importó ese detalle, ya que lo imprescindible era hacer una buena representación de Bolivia.
Aspecto que se consiguió porque el público y los organizadores quedaron sencillamente asombrados por la forma en que los bolivianos mostraron sus danzas.
La diablada tuvo muchos seguidores, sus danzarines mostraron lujosos trajes que fueron la admiración y comentario general en Tacna. A ese hecho se sumó la lluvia de fuego, humos de colores, juegos pirotécnicos y el fuego que salía de las caretas, para causar el asombro general, que fue retribuido en aplausos y gritos de júbilo.
Los organizadores instalaron un palco casi al final de la ruta, y fue además el lugar preciso donde los conjuntos bolivianos mostraron su máximo esplendor. Fueron momentos indescriptibles y de mucha emoción, los flashes de las cámaras fotográficas no paraban y la televisión local siguió muy de cerca lo sucedido.
La delegación, durante el recorrido, estuvo controlada por dirigentes de la Asociación de Conjuntos del Folklore de Oruro (ACFO), quienes con un equipo de comunicación, hacían que no existan baches entre conjunto y conjunto. También dieron asistencia a los danzarines, así como los encargados de las delegaciones, que eran parte del Comité Organizador.
Al grito de Bolivia, los conjuntos terminaron su participación que fue catalogada como impresionante por los asistentes, que se enamoraron del folklore boliviano y que una vez más sentó soberanía de su cultura en otro punto del planeta Tierra.
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