Un disfraz de la película “Megamente” caracterizó a este grupo de niños estibadores, descargadores de fruta, y malabaristas de calles y mercados, que se presentaron como la Organización de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores de Cochabamba. (Onatsco).
Como ellos, la creatividad y el entusiasmo hicieron gala en los diminutos pasos de los mini carnavaleros quienes no quisieron perderse del domingo soleado que les permitió jugar con agua y espuma, bajo la mirada vigilante de sus padres.
Una caravana de padres acompañaron a los pequeños con agraciados disfraces. Orugas, muñecos de espanto, súper héroes el tradicional Chavo del Ocho, un “Dulce costal de Azúcar”, maravillaron a los asistentes a este Corso.
“No sé si los bebés hayan querido participar porque son muy pequeños, sin duda los padres somos los más entusiasmados en querer que nuestros hijos participen”, comentó Carlos Salinas, quién se arrepintió de llevar a sus hijos de 3 y 5 años como espectadores.
Los chisguetes de agua y espumas fueron las principales herramientas de la diversión de los niños que aprovechaban los intervalos entre una y otra comparsa para atacar a sus vecinos. Todos terminaron mojados, pero el Sol los acompañó toda la jornada.
A criterio de algunos espectadores, hubo mucho uso de la espuma, por otro lado, en todo el recorrido no se observó a nadie que haya estado jugando con globos de agua, es decir, que cumplieron la norma.
13 mil
bolivianos
La Alcaldía destinó para premiar a los mejores concursantes de las cuatro categorías.
La Policía Municipal y la Defensoría de la Niñez y Adolescencia coadyuvaron en la seguridad.
Los asistentes al Corso Infantil 2011 realizaron un recorrido que inició en la Av. San Martín esquina Heroínas, y continúa por la plaza Colón y la avenida Villazón, para terminar en la Plaza de las Banderas.
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