A pesar de la decisión de la Alcaldía paceña de suspender las actividades del carnaval debido a los deslizamientos que dejaron a miles de personas sin casa, las comparsas carnavaleras despidieron ayer esta fiesta con bailes, música y con el tradicional entierro del pepino en la zona del Cementerio.
No hubo guardias municipales, policías ni graderías, como todos los años. La Alcaldía no tuvo participación alguna en el festejo que, según una ordenanza municipal, no debió haber tenido lugar este año.
Sin embargo, Javier Escalier, dirigente de la Asociación de Comparsas del Carnaval, afirmó que este evento se destacó por la solidaridad. “La Asociación fue una de las primeras instituciones en solidarizarse con los damnificados. Se hizo una campaña y se reunieron tres volquetas de víveres que se entregaron en el Museo Nacional de Etnografía y Folklore, aunque nadie las recibió”, sostuvo y agregó que su entidad recaudó además 13.000 bolivianos que serán entregados el martes.
“Estamos tristes, pero no podemos perder nuestra tradición. La gente viene del interior a ver a los ch’utas y no podemos permitir que se vayan a carnavalear al interior”, dijo un personaje disfrazado de ch’uta que acudió al baile junto a sus dos cholas.
“No se puede suspender el carnaval. Hay un gran movimiento económico; hay pasantes, comida, conjuntos musicales que llegan del exterior, la ropa y los bordados son costosos y ese dinero no se puede perder”, dijo otro danzarín. “Cuando murió Víctor Paz quisieron suspender esta fiesta y tampoco se pudo. Hasta cuando Chile nos declaró la guerra nosotros seguimos festejando el carnaval”, agregó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario