Con una colorida y entusiasta comparsa valluna, ayer, estalló la alegría en el tradicional Corso de Corsos 2011 de Cochabamba.
Miles de soldados e integrantes de diferentes fraternidades y comparsas derrocharon creatividad y alegría en la presentación de disfraces, trajes folklóricos y carros alegóricos.
Una tras otra, cada presentación impresionaba y arrancaba los irresistibles aplausos y vítores de miles de espectadores regionales, nacionales y extranjeros que se dieron cita.
Los militares se llevaron los mayores lauros. El aprovechamiento y transformación de materiales reciclables destacó en cada disfraz y carro alegórico.
Más de cien fraternidades y comparsas reflejaron la popularidad del Corso valluno, el mayor evento que integra a través de la danza a gente del oriente, del valle y el occidente del país.
Los Tinkus wistus, los Ch’utas Pepinos Papis Broncos, los Pasankalleros y Coroiqueños, los llameros de la UMSA, entre otros llegaron desde La Paz.
De Santa Cruz participó el Ballet Cupesi y Sambos Caporales; de Oruro, la diablada artística Urus, Morenada Central, Caporales Centralistas y ENAF.
Los Pujllay Yamparáez de Chuquisaca y la Saya Afro Boliviana de La Paz bailaron junto a decenas de fraternidades folklóricas cochabambinas que interpretaron el caporal, tinku, chapaqueada, kullawada, entre otros.
Como es tradición, los Caporales San Simón fueron los más esperados. Su ritmo alegre hizo bailar a niños, jóvenes y adultos. La belleza de la mujer boliviana resaltó, una vez más, en el Corso. Con sus polleras cortas y movimientos sensuales, las bailarinas arrancaron aplausos y silbidos.
El Corso también fue el espacio para que niños trabajadores, y malabaristas de las calles pidieran el cumplimiento de sus derechos. Como ellos, varias instituciones aprovecharon la ocasión para difundir mensajes educativos y de prevención.
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