Del primitivo templo que existía en las faldas del Cerro Pie de Gallo se desconocen algunos datos; sin embargo, se establece bastante bibliografía acerca de la Construcción del Santuario de la Virgen del Socavón.
El origen del Santuario de la Virgen del Socavón tiene estrecha relación con las leyendas del Chiru Chiru y Nina Nina, que datan de 1789, año que apareció la Patrona de los mineros.
Según el libro "Historia del Santuario Virgen del Socavón" escrita por fray Alfonso Massignani Ballico, "la imagen encontrada es sorprendente y maravillosa", como la imagen de la Virgen del Socavón, que estaba pintada sobre un tapial.
Alrededor se comenzó a construir protección y decoro para su devoción, de modo que, de una primitiva ermita se pasó a una capilla que fue restaurada varias veces, hasta que a mediados del siglo XIX se estudió la construcción de un Santuario definitivo por la celebración devocional en honor a la Virgen del Socavón que cada vez crecía en el Carnaval de Oruro.
Según el relato publicado por el escritor José Bravo Rivas en 1982, en su crónica "Virgen del Socavón: Milagro para el mundo", afirma que "la imagen está pintada en un muro de adobes, un tapial, usando una denominación más exacta sobre el que se extendió un mortero de estuco elaborado y aplicando con tanta eficiencia que se conserva hasta hoy sin daño; después de casi 400 años, si nosotros, -al margen del carbono 14, y desandando el tiempo a la manera fantástica- consideramos el siglo XVII, como lapso en el cual se la pintó y la conservación deja de ser sorprendente, más si observamos que en esos lugares de trabajos mineros, las vibraciones motivadas por las explosiones de la pólvora amasada en bruto, y encendida con guía de "caito" engrasado, que se usaba entonces; podían dañarla con sus "regulares sacudidas".
Para Bravo el fresco de la Virgen de la Candelaria no estaba en una cueva o abertura natural del cerro. Porque al liberar el muro de la roca se hubiera afectado la integridad del fresco, por eso se sospecha que para preservar mejor la imagen, reunir y rendir culto, el pueblo construyó un recinto precario, sin dictados arquitectónicos, una ermita que exaltaba su aparición en el Altar Mayor, principio y confín del adoratorio reducido, interior en el que permaneció mucho tiempo, expuesta al humo de las velas de cebo; y los sahumerios de incienso y resina elevándose de los braseros de barro, hasta la imagen sin cristales, y sin protección de ninguna clase.
Por su parte, Manuel Vargas señala en su artículo "Oruro desfile de tradiciones" del libro "Etnofolk" (1992): "Tal como ahora se entiende este Carnaval se inició en 1789, con el culto a la Virgen del Socavón, de esta época datan dos tradiciones parecidas, que tratan de un bandido que vivía en Oruro y al ser herido mortalmente fue socorrido en los últimos momentos por una mujer hermosa desconocida, era la Virgen de la Candelaria, de quien este hombre era devoto y a la que veneraba encendiéndole velas en la cueva donde vivía. En ese lugar se construyó en 1881, el Santuario de la Virgen del Socavón".
Mientras que Bravo indica que en 1880 se movilizaron los vecinos y el pueblo para construir una iglesia grande, moderna y que para ellos, se organizó una forma de aportar materiales, con la fuerza de trabajo y la buena voluntad del pueblo.
"Cada sábado por la tarde, a sones de una banda de música que convocaba y precedía la marcha, salían los vecinos en tumultuosa formación hacia los arrabales, y regresaban portando: Piedras, cal, y arena, materiales iniciales para ayudar a levantar el templo; formidable aporte popular, multitudinario, gregario, movido por la fe y devoción hacia la Virgen de la mina".
En el Libro de Oro de las Crónicas del Santuario se lee: "Década 80 del siglo XIX. El presbítero Francisco Cárdenas promueve la construcción de una capilla más amplia entre los años 1881 – 1882. El presidente de la República, general Narciso Campero ayuda (?) en su construcción".
Una construcción que resultó ardua, pero felizmente que culminó el ingeniero Julio Pinkas, quien fue traído desde el Brasil por el presidente de la República, Aniceto Arce, para que se hiciera cargo de varias obras importantes.
Este templo fue paulatinamente creciendo, dice Massignani, hay una placa con fecha 9 de junio de 1884, con las palabras: "Obra a la devoción de Melchora Chivi T. por A.Q.C.A." esta placa se encuentra en el arco que separa el lugar del antiguo presbiterio de la nave principal, pero también existe una piedra labrada en la entrada lateral que dice: "María Santísima 1884", seguramente, por esas fechas se culminó la construcción de la obra gruesa, puesto que solo en 1915 se coloca la puerta principal de ingreso a devoción de Florencio Maita y en 1919, el señor Silvano Pacheco construye la torre del campanario.
Desde el 16 de septiembre de 1950, los frailes de la Orden de los Siervos de María se hicieron cargo del Santuario embelleciéndolo para decoro de la liturgia.
El fray Alfonso Massignani llegó a Oruro en 1982, y junto a los Siervos de María se dio a la tarea de ampliar el Santuario que siendo una hermosa capilla, no tenía la capacidad suficiente para acoger a los devotos amantes de la Mamita del Socavón.
Fue así que con la ayuda del Obispo Diocesano, monseñor Julio Terrazas Sandoval, autoridades, instituciones y público en general, se proyectó una remodelación radical y se dio inicio a la ampliación del Santuario, que respetando la estructura original, fue paulatinamente creciendo hacia los cuatro puntos cardinales.
El 3 de febrero de 1990 se inauguró la nave Este del Santuario, en terrenos que la Alcaldía Municipal donó en 1950 a los Siervos de María, quienes ya desde entonces proyectaban una ampliación.
La Capilla del Velero y el Museo del Socavón fueron inaugurados en 1991, que tiene una parte minera y otro sacro folklórico y arqueológico, que se completa con una biblioteca, en el lado Norte, en predios correspondientes al Convento de los Siervos de María.
El 5 de marzo de 1995, se culminó la ampliación Sur que comprende el nuevo Presbiterio y el altar de la Virgen del Socavón.
El 4 de noviembre del año 2000 se realizó la Consagración del Santuario en una solemne ceremonia y misa concelebrada y presidida por el Obispo de la Diócesis de Oruro, Monseñor Braulio Sáez García y el 5 de noviembre, fue el Nuncio Apostólico de su Santidad el Papa Juan Pablo II, monseñor Josef Wesolowski, quien coronó a la Virgen del Socavón en su nuevo altar.
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