El tradicional festejo de comadres del valle toma nuevas formas en la urbe cochabambina. Las canastas de frutas, humintas y choclos, son reemplazadas con cotillones, tragos exóticos, disfraces, concursos y premios.
Las comerciantes en los mercados, los grupos de profesionales en los hoteles y clubes y las jovencitas en las discotecas, son los tres grupos que se distinguen por sus desenfrenados festejos. El común denominador de estos grupos son la mojazón, la creatividad y el derroche de alegría, en un ambiente de fiesta con serpentinas, globos y máscaras.
La preparación del festejo se inicia con semanas de anticipación. Algunas dejan todo acordado con un año de anticipación y otras improvisan la salida sin mayores complicaciones. Ante esta frenética preparación, locales, discotecas, clubes, restaurants y hoteles, ponen su mejor esfuerzo para incluir nuevas ofertas y cautivar la preferencia de las comadres.
Una de las últimas innovaciones fueron “los buses carnavaleros”, que previo acuerdo entre discotecas u hoteles, trasladan a las agasajadas “de boliche en boliche”, explica Lucía.
La petición de las comadres a primeras horas de la mañana es tener un radiante sol, y que todas las amenazas de lluvia se alejen, caso contrario les cae encima la frase de “Comadres lloronas”, que es parte de la tradición en las fiestas precarnavaleras.
“Las socias”, “Las muñecas”, “Las magníficas”, “Las damas de antaño” y “Las misk’is” son algunos de los grupos reconocidos por su trayectoria y organización.
La preparación del festejo se inicia con semanas de anticipación, algunas incluso dejan todo acordado al finalizar el festejo del año anterior y otras improvisan la salida. Las reuniones de organización son también motivo de diversión y distracción.
DISFRACES El pasado año, una anciana de 90 años se disfrazó de vaquera y se presentó sola a uno de los concursos. Recibió ovaciones de las asistentes y, por supuesto, también el primer premio.
Los grupos de comadres son exigentes para incorporar a las nuevas integrantes. “Las caras largas, las mironas, las vergonzosas y puritanas, por favor ni se presenten”, expresa María Julia Guzmán, con una pícara sonrisa.
Los festejos inician desde las 11 de la mañana, tanto en los mercados como en las discotecas.
El movimiento es tal, que los permisos en las diferentes empresas o instituciones son más comunes, para que el festejo no esté empañado de alguna preocupación. Los grupos de profesionales destacan por el derroche en todos los sentidos. Disfraces, creaciones artísticas y coreografías exclusivas para la fecha reflejan la importancia que algunos grupos le atribuyen “al mejor festejo del año”.
“Es la mejor fiesta el año, porque nos sentimos verdaderamente libres, sin la presencia de los hombres. No existen prejuicios, poses, los celos de los maridos, o la vergüenza del ‘qué dirán’ ”, revela Rebeca Delgado, integrante de “Las socias”.
Gritos, bailes exóticos, movimientos sensuales, bebida y mucho bullicio son parte del festejo.
"Es en la única fiesta donde realmente me divierto y no me importa derrochar dinero o energía porque realmente lo disfruto", enfatiza Shirley Muñoz.
Considerando que el “Jueves de Comadres” es un día laboral, las mujeres toman sus previsiones.
“No importa la hora que una se recoja, lo importante es no hacerse pillar con el sol. Porque si es oscuro todavía cuenta como día antes”, explica Zulma Guevara, del grupo “Pipocas”.
Apuntes.
La lluvia
Un elemento esperado por los compadres y despreciado por las comadres es la llegada de la lluvia, ya que cualquier atisbo de lluvia permite atribuirles a las agasajadas que son “lloronas”.
Lugares tradicionales
Cada sector de las mujeres conserva lugares tradicionales de celebración. Las comerciantes en mercados, las jovencitas en las discotecas y otro grupo en clubes como el Club de Leones, Rotary Club, Club Social, Hotel Cochabamba, Club Tenis, y Studio Club.
Publicidad
Uno de los principales medios para publicitar los festejos en la actualidad es el internet. Páginas sociales como el Facebook y Twitter son los sitios con mayor referencia en la web. La ciudad también está llena de pasacalles ofreciendo fiestas.
Los excesos son aprovechados para “la cacería”
“Vamos de cacería”, o “¿Cuánta carne para leones?” son comentarios comunes que hoy en día son muy usados por jóvenes que saben que, en los principales centros de diversión, encontrarán a jovencitas en estado de ebriedad o por lo menos en una situacación eufórica.
En las avenidas Pando, Ballivián, final Ayacucho, y Blanco Galindo se puede evidenciar la presencia de vehículos de jóvenes que avanzan lentamente buscando chicas para acompañarlas en su festejo. “Es como si fueran buitres buscando o seleccionando a sus presas”, expresa Rebeca Delgado, integrante del grupo “Las Socias”.
Varias discotecas del centro cochabambino inician sus festejos antes de medio día sólo con mujeres. Al final de la tarde, algunos permiten el ingreso a todo público y es el momento en que las jóvenes están en la máxima euforia del festejo. “Algunos chicos mal intencionados esperan que las jovencitas se embriaguen para aprovecharse de su estado inconsciente”, critica, Amalia Riva, vecina de la avenida Pando.
Las caídas, los golpes, la mala pronunciación de palabras, los “prendes” improvisados son algunas de las consecuencias de los excesos en el consumo de bebidas alcohólicas en los días de Carnavales.
“Creo que las más jóvenes, a veces exageran con los tragos, hasta el extremo de no poder sostenerse en pie y, como muchos dicen, se convierten en presa fácil de los leones”, expresa Marcelo Jové, miembro de Los Fulanos.
El festejo mueve la micro economía
El día de comadres, en los últimos años, se ha constituido en una importante oportunidad para que empresas, grupos musicales, vendedores y artistas hagan gala de sus mejores productos y servicios.
Cada momento del festejo es una ocasión para generar movimientos económicos que muchos aprovechan.
En la preparación ganan los confeccionistas de disfraces, vendedores de antifaces, de poleras, globos, silbatos, serigrafistas y de una serie de souvenirs distinguen a las agrupaciones.
Músicos, barmans, streepers, guardias de seguridad, y taxistas son parte de los servicios requeridos en esta jornada. También aumentan los ingresos de las empresas de telefonía celular para acordar el encuentro.
Megacanastones de cosméticos, ropa y productos para la casa son obsequiados a los mejores grupos o personas que se explayan en las pistas de baile.
Algunos organizadores señalan que el movimiento económico en esta fecha es semejante al de Año Nuevo.
Las mujeres se transforman en personas increíbles
En las fiestas de comadres no existen barreras que impidan a las personas hacer lo que más quieren. Hemos visto a personas introvertidas, que se transforman en personas increíbles.
Es una ocasión para salir, desestresarse y estar alegre.
Para muchas es parte de esa búsqueda de sentirse bien; buscar la felicidad, la risa, las carcajadas y los bailes que nos hacen bien y no habría porqué calificarlos como negativos.
Hay mujeres que no bailan si no es con su marido, porque tienen prejuicios de bailar entre mujeres, o porque estando casadas piensan que no pueden bailar con nadie que no sea su pareja. No es necesario un varón para pasarla bien. Muchos todavía tienen pensamientos retrógados o mal intencionados.
Frente a los hombres, las mujeres miden y cuidan cada movimiento, para no ser criticadas o tener algún disgusto con sus maridos.
Todas estas auto restricciones no permiten a la persona ser feliz.
Los indicadores de haber dado todo para sentirse bien se muestran al día siguiente, cuando sentimos los pies doloridos, las voces afónicas e incluso los zapatos rotos.
Lo fundamental es mantener la diversión sana y no desvirtuarla con excesos.
La única limitación para pasar un día increíble son las barreras de una misma, a menos que seas menor de edad.
Todavía existen esposos que se constituyen en una barrera, pero si una quiere y está segura de lo que irá a hacer, no tiene porqué sentirse privada de participar.
Ninguna otra fecha tiene tanta atención como el día de comadres.
La tradición de las fiestas de comadres y la organización por grupos deben tener mínimamente 15 años.
La fiesta se remonta al imperio romano cuando se celebraban las Matronalias, dedicadas a las mujeres casadas y que se celebraban en honor de la diosa Juno, también conocida como Matrona.
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