Como todos los conjuntos participantes de esta majestuosa manifestación, las llameradas y cullaguadas no fueron la excepción, porque lucieron hermosas vestimentas y muy coloridas con bayeta de la tierra y otros materiales, que fueron el ensueño de los visitantes que apreciaban la mezcla y combinación de colores.
Por otro lado, la forma y estilo de baile de estas agrupaciones folklóricas hizo que la juventud quede contagiada de los pasos y coreografía, quienes además en las graderías coreaban las canciones interpretadas por las bandas de música de los cuatro conjuntos señalados, como si se hubiesen tenido una práctica anticipada.
La llamerada Zona Norte que fue la primera en ingresar de estas cuatro instituciones mostró donaire en la ejecución de la danza, principalmente de sus figuras que hipnotizaron a los asistentes con su coreografía. Se destacó el baile de más de 25 años en el Carnaval de Oruro, del historiador y docente, Fernando Cajías.
Por otro lado, la Llamerada Socavón, también hizo lo suyo con la presencia de su estamento joven y belleza femenina, que con cánticos y silbidos se ganaron el corazón de los asistentes.
Mientras que la Cullaguada Oruro se destacó por la presencia de sus Waphuris que "engalanó" la entrada del Sábado de Peregrinación, cuyos trajes tenían un peso considerable, incluso comparado a la de un moreno.
Los "Terribles Quirquinchos" no se quedaron atrás y mostraron vistosos trajes, confeccionados con telas muy finas. Entre sus filas, prestigiosos profesionales y una juventud gallarda despertó en el público, por lo menos en los jóvenes, el deseo de bailar al año, en esa institución.
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