El Carnaval de Oruro no perderá el título de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, otorgado por la Unesco hace diez años, pues la distinción está garantizada como reconocimiento del desarrollo de una actividad folklórica de trascendencia nacional e internacional.
La información fue conocida a través del presidente de la Asociación de Conjuntos Folklóricos de Oruro, Jacinto Quispaya Sánchez, quien destacó los diez años de la distinción que generó una corriente boliviana de buscar igual mérito para otros tipos de expresión folklórica.
Explicó que existieron voces agoreras que afirmaban que el Carnaval de Oruro dejará de ser Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, frente a esta situación el embajador de Bolivia en la Unesco, Pablo Groux, hizo conocer que la declaratoria está garantizada por muchos años más.
Dijo que los orureños deben sentirse seguros de que el Carnaval es una muestra folklórica en extremo especial debido a la representación de 18 especialidades de danza y 48 conjuntos y fraternidades folklóricas que en los primeros meses de cada año (entre enero a marzo) congrega a propios y extraños.
Existen muchos detalles que deben ser tomados en cuenta a la hora de decidir acciones que mejoren la organización de la festividad motivada en la devoción a la Virgen María en su advocación de Candelaria o Virgen del Socavón.
La jornada de ayer, por la mañana, en el edificio de la ACFO se procedió a la inauguración de la sala de exposiciones del Carnaval de Oruro, en horas de la tarde se abrieron dos salas dedicadas al Museo de la Diablada.
Por la noche se llevó adelante una misa de acción de gracias que se desarrolló en la capilla del edificio de la ACFO, la misma antecedió al acto central de homenaje al décimo aniversario de la declaratoria de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, al Carnaval de Oruro.
La comunidad religiosa de los Siervos de María ofrecieron una misa de homenaje al Día de la declaratoria de la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, en la que participaron fieles católicos, quienes reconocen la importancia de la Virgen del Socavón en el desarrollo del Carnaval de Oruro.
El sacerdote Jairo de Jesús Salazar dijo que la “mamita del Socavón” motiva a todos a trabajar porque la declaratoria del patrimonio no es algo para guardar, es un algo dinámico que desafía a todos, a trabajar constantemente, porque todo el mundo que nos mira, quiere conocer el maravilloso patrimonio.
Reconoció que hay un importante eje patrimonial relacionado con el Carnaval de Oruro, por ejemplo: los bordadores, confeccionistas de botas y hay muchas cosas que se puede enseñar o mostrar al mundo cuando no se está danzando y no es tangible el Carnaval.
Destacó que el gran desafío para los orureños es el “amar mucho este patrimonio y por ello darle gracias a la Virgencita porque ella fue quien lo inspiró porque la danza nace de una promesa de amor (…) el amor de los orureños a la Virgen Candelaria se manifieste para trabajar por una ciudad más: pujante progresista y equitativa”.
Según Elías Delgado, estudioso del proceso del Carnaval de Oruro, y miembro de la Fundesco, en los diez años de la distinción no se hizo nada en beneficio del Carnaval de Oruro, por el contrario se aprovecharon con recursos que fueron asignados para establecer su mejora.
Lamentó que tan sólo se haya avanzado un 10 por ciento del plan decenal aprobado por la Unesco al conceder el título de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
Recordó que anteriores autoridades, el prefecto Wálter Lague y el alcalde de Oruro, Edgar Bazán Ortega, no hicieron nada para promover el desarrollo del Carnaval y así defender el título de Patrimonio de la Humanidad.
También surgió una especie de sabotaje al funcionamiento de la Fundación para el Desarrollo Cultural de Oruro, el brazo ejecutor y representativo de la Unesco en Oruro, pormenores que la población desconoce, un problema vergonzoso para Oruro el no haberle dado sostenibilidad y dignificación de la distinción
Mencionó que se desconoce el destino de 150 mil dólares estadounidenses, gestionados ante la Unesco del Japón por quienes conformaron el directorio de Fundesco, dinero que debía servir a la formación y especialización de recursos humanos en el área de hotelería, consolidación del Museo del Diablo y otros dos proyectos más.
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