La fundadora del programa, Nancy Tufiño, explicó a La Razón que durante seis meses 50 estudiantes investigaron el origen y las características de la danza para representarla, “y así demostraremos su identidad”.
Los indígenas Lecos conforman una población de cerca a 3.800 personas que habitan en el municipio de Apolo, provincia Franz Tamayo del departamento de La Paz. Para vivir, cultivan yuca, plátano, palmito; crían abejas y también se dedican a la pesca y la agricultura.
Los hábitos de vida de los Lecos están íntimamente ligados a la naturaleza, en ese sentido, para la entrada universitaria, los danzarines lucirán trajes confeccionados con telas que se asemejan a las pieles del jaguar, que en el pasado usaban para vestir.
Además llevarán flechas artesanales, wayrachinas (abanicos), wellpes (plumas en la cabeza) y llamachis en la espalda (especie de mochilas), ya que eran nómadas. En cuanto a los pasos y la coreografía, Tufiño dijo que éstos “son movidos, alegres y básicos, como si entraran a la selva; algunos tocarán flautas, bombos y tambores. El carro alegórico llevará camas hechas de bambú”.
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