Representantes de la Asociación de Fraternidades Folklóricas de Quillacollo exigen derogar la Ley Seca aprobada por el gobierno municipal. Piden a la Alcaldía que les permita contar con el auspicio de empresas cerveceras que les otorgan 4 mil cajas de cerveza valuadas en 380 mil bolivianos.
Para lograr su demanda amenazaron con dejar de danzar en el segundo convite de la festividad de la Virgen de Urkupiña de este domingo y hacer solamente una romería al Calvario. Por su parte, las autoridades municipales rechazaron esta posición y abrieron la posibilidad de auspicio a otras empresas.
“Bailamos por devoción, pero también tenemos gastos y la Alcaldía sólo se toma la molestia de cobrar por lo que nosotros hacemos”, dijo el presidente de la Asociación, Antonio Villarroel.
El presidente del Concejo Municipal, Gilmar Terrazas señaló que la Alcaldía no dará un paso atrás en su intención de recuperar la imagen de la festividad. “Si algunos dirigentes, no los fraternos, pretenden continuar con esa medida será la población la que juzgue”, dijo.
Los dirigentes de las fraternidades sustentan su pedido en que en las agrupaciones deben cubrir gastos como ropa, banda e incluso pasajes para los ensayos.
La Alcaldía el año pasado les donó un espacio de 170 metros para apoyar a la Asociación con la recaudación. “El espacio es insignificante y alquilando sólo llegamos a tener 20 mil bolivianos”, dijo el vicepresidente de la asociación, Fernando Verduguez. Según la alcaldesa, Carla Lorena Pinto, la recaudación debía superar los cien mil bolivianos.
Verduguez explicó que los Bs 20 mil “no representan nada frente a las 4 mil cajas que ahora están perdiendo y que representan un ingreso aproximado de Bs 380 mil”.
Villarroel informó que las cajas son distribuidas “con transparencia” a las 60 fraternidades. “En los últimos tres años de gestión logramos recaudar Bs 306 mil que están depositados en una cooperativa”, según Villarroel. Esos ahorros irán destinados a la construcción de un museo folklórico.
Terrazas señaló que la Alcaldía planteó darles un mayor espacio para cubrir sus gastos y que además continúan buscando otros patrocinios, pese a que no les corresponde. “No solamente tiene que ser el patrocinio de la cerveza, u otras bebidas alcohólicas, hay otras empresas quillacolleñas que quieren apoyarlos”. Entre éstas mencionó a casas comerciales, embotelladoras de gaseosas, ferreterías, bancos y otros.
“El diálogo siempre está abierto, ellos nos han planteado una solicitud y les respondimos de manera escrita, en el entendido de que Urkupiña es fe y devoción, no es bebida alcohólica”, acotó Terrazas.
La posición de las fraternidades no modifica la programación de los actos de la fiesta de Urkupiña.
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