Uno de aspectos tradicionales más antiguos de la morenada y que aún persiste en Taraco son los “cabeza de moreno”, una pareja que se hace cargo de los gastos y que cumple la tarea de “reclutar” morenos para presentarlos ante la Virgen del Carmen, patrona de la morenada.
“Lo que ellos hacen es rogar morenos; van a las casas y piden a los bailarines que bailen”, informa Édgar Nina y explica que no es fácil que los morenos acepten y que muchos se esconden porque ya tienen un compromiso con otro “cabeza de moreno”.
Los compromisos y las deudas entre bailarines y “cabezas de moreno” y la costumbre de que los primeros bailen para los segundos suelen pasar de generación en generación.
Nina recuerda que en su tiempo de colegio conoció en La Paz a un niño, a quien en vacaciones volvió a ver en el pueblo de sus padres. Cuando le preguntó a su padre si conocía a la familia del chico, el padre respondió afirmativamente y aconsejó a su hijo que no se acercara demasiado a ese niño. “Tu abuelo no bailó para él, le debe un baile y te puede cobrar esa deuda”, le dijo. El padre no tenía interés en que sus hijos, que ya vivían en La Paz, siguieran ligados a las tradiciones de la danza de Taraco.
Pero Nina no obedeció a su padre y, de vuelta en La Paz, le contó al niño que su padre conocía a su familia. “Sí -respondió el niño-, mi papá me dijo que ustedes nos deben un baile”.
“Ahora ellos se han hecho cristianos, evangelistas, pero cuando en 20 o 30 años vuelvan a la morenada, claro que vamos a bailar para ellos”, sostiene Nina.
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