Las restricciones al expendio y consumo de bebidas alcohólicas, generó como se temía, el consumo clandestino, camuflado y reservado de cerveza, singani, ron y chicha durante la tradicional festividad de Urkupiña, que empezó el viernes 12 y se extendió hasta el martes pasado.
En una evaluación preliminar de la fiesta, el comandante de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Quillacollo, Marco Miranda, informó que las contravenciones a la ley seca se dieron en la calle Soruco, Plaza Bolívar, Suárez Miranda de Quillacollo, donde grupos de jóvenes y familias desacataron la ordenanza antialcohólica, consumiendo cerveza y otros "tragos" de forma pública.
Dijo que se constató que en la calle Soruco, en el tramo comprendido entre la vía férrea y 14 de Septiembre, los espectadores apostados en los graderíos, sin el mayor respeto a la presencia de efectivos militares y policiales, dieron rienda suelta a su alegría con el consumo de alcohol. Se denunció que en ese tramo, jóvenes bajo el influjo enajenante del alcohol, arrojaron piedras y otros objetos a las bailarinas de las fraternidades.
La autoridad sostuvo que lo mismo sucedió en los diferentes tramos, donde tanto espectadores como vendedores se dieron formas de esquivar la ley seca. “Se selló una especie de pacto de complicidad, aunque se debe admitir que durante el día no se observó borrachos, lo que no sucedió en horas de la noche donde el control fue una misión imposible”.
Miranda sostuvo que tanto efectivos policiales, militares y municipales, no lograron contener los desbordes del público que “no soportó la tentación de consumir bebidas espirituosas”.
"Esperemos que la nueva ruta no se convierta en otra calle Pacheco, donde el consumo de alcohol y la invasión de los espectadores era el dolor de cabeza, motivo por el que se tomó la decisión de prescindir de esa arteria y optar por la Soruco", sostuvo.
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