La danza de los macheteros es un baile guerrero típico del oriente del país. Sin lugar a dudas es el más representativo de esa región, pero también es la manifestación más auténtica de una simbiosis entre lo nativo y lo colonial.
Los rostros solemnes de los bailarines, todos varones de diferentes edades, se mueven al ritmo de un tamborcillo muy particular.
Esta danza es una representación de la resurrección de Jesucristo y su ascensión a los cielos, pero desde la interpretación y cosmovisión nativa.
Cada danzante lleva en la mano derecha un machete de madera (tumoré ti yucuqui), pero nada, ni la calculada cadencia de los pasos de baile pueden competir con la belleza del tocado. Las plumas de parabas, de las que abundan en la selva amazónica, aunque ahora hay muchas especies que ahora están en extinción, van artísticamente ordenadas de acuerdo con la intensidad de los colores y se sujeta en un armazón embellecido por las piezas de colores.
Sobre la espalda del bailarín va un cuero de piel de tigre que llega hasta los talones, de donde cuelgan cintas o cordones con semillas de paichachíes, unos granos que suenan como cascabeles.
Los bailarines descalzos se mueven ceremoniosamente sin soltar los machetes ni deponer su actitud de guerreros a punto de entrar en combate. Agachan la cabeza y la elevan, en señal de ascensión y muerte, pero en ningún momento quiebran el ritmo de la música de tamborcillos e instrumentos de viento. Todo es tan ceremonial como el atardecer y el amanecer en los llanos de Moxos.
Los jóvenes ignacianos hablan de lo que representa este baile, aunque no hay consenso entre ellos sobre qué representa, y no faltan los que piensan que se trata de la representación de la faena del siringuero.
Zonas de influencia
En Moxos. Departamento Beni
El sello jesuita
Los macheteros es la danza beniana más conocida. Su origen es colonial, representa la resurrección de Jesucristo y su ascensión a los cielos, pero desde la visión nativa.
El espacio moxeño
La danza característica de todo el espacio moxeño, presente en todas las fiestas del año, es la de los macheteros. Se acompaña con la flauta pífano aunque en San Ignacio se utilizan el chuyu´i, el cayure y el jerure. La vinculación simbólica con las aves (plumas de paraba en los tocados de los danzantes, hueso del ala del bato del pífano) posiblemente evidencie antiguos ritos.
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