9 de agosto de 2011

Paravicini: “La morenada nació como un homenaje a los negros”

El baile de la morenada nació en el siglo XVII como un homenaje de los uru-aymaras a los esclavos que vinieron de África y murieron en las minas, según revela el escritor y periodista orureño Eddy Paravicini Ramos, en su libro “Danza de los morenos. Tradición oral”. En una segunda edición a cargo de Kipus, la obra será presentada por su autor, hoy a las 16:30 horas, en los salones de la Gobernación (Plaza Principal acera norte), con la participación del representante de la Unión de Escritores de Quillacollo, Roberto Ágreda.

Paravicini, quien practica la danza durante 22 años en la Central Cocani, manifiesta que los creadores de la morenada fueron los mitayos que transportaban minerales desde el altiplano boliviano a las cosas del Pacífico. “Cada cuatro leguas existía un tambo para descansar, para alimentarse y reparar las carretas que trasladaban los minerales. Ahí se produjeron los primeros intentos del baile, que después fue modernizándose”, indica el escritor del libro cuya primera edición se presentó en Oruro, en fechas cercanas al Carnaval.

Sostiene que la danza en principio también ridiculizaba a los colonizadores españoles y que, a pesar de ser un tributo a los millares de africanos que murieron en los socavones, no tuvo la intervención de éstos en su creación ni práctica. “Los urus y aymaras -sostiene Paravicini- eran resistentes al clima, a las vicisitudes de la mina, y rindieron un homenaje a los negros que fueron exterminados. Ellos llegaron a Bolivia como esclavos, los trasladaron a los Yungas, a las haciendas y a las minas, donde se creía que iban a rendir mejor en el trabajo; sin embargo, fue todo lo contrario”.

Por otro lado, el libro descarta la “paternidad” de la danza que se atribuyen pueblos paceños. Según el investigador, la morenada fue practicada desde el siglo XVII de manera simultánea en pueblos del altiplano orureño, paceño y potosino, aunque en esta última región no prosperó masivamente. “Nunca se dio la paternidad de la danza que quisiera tomarla La Paz con poblaciones como Taraco y Copacabana. La danza se practicó al mismo tiempo en Oruro y Potosí. No tiene paternidad exclusiva de ninguna región, aunque en Potosí ahora no hay grupos de morenos registrados”, asevera el autor.

El periodista comenzó su labor investigativa, en la que cita a varios autores como José “Jach’a” Flores, Julia Elena Fortín y Jorge Mansilla, entre otros, a partir de 2002, cuando la Universidad Técnica de Oruro (UTO) organizó la primera cátedra de la Unesco, para apoyar la declaratoria de “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad” al Carnaval de la ciudad.

Paravicini, también gestor cultural y maestro de Teatro y Educación Física, ha publicado “Oruro Royal Foot Ball Club”, “Salar de Uyuni”, “Biografía de José ‘Jach’a’ Flores Orosco”, y “Club Deportivo San José de Oruro”, entre otros.

Mujeres, primera vez el 75

Eddy Paravicini señala que la morenada fue en principio bailada al son de la matraca y bombos y

aerófonos andinos, como pinkillos y tarkas.

El ritmo por otro lado era más lento (era ejecutado en cinco tonadas a diferencia de las actuales siete) y las canciones no tenían letra. La danza, indica el autor, era practicada únicamente por varones. En su libro, precisa que la primera vez que se registró la participación de las mujeres fue en un festival realizado en 1975 en La Paz. “Aún hoy -manifiesta el periodista- es en Oruro difícil que las mujeres bailen la morenada, por el peso de los trajes”. Asimismo, el investigador apunta que los trajes sufrieron variaciones, pues en principio cada uno era diferente a otro e incluía nombres de familias. Para Paravicini, “morenadas” que se practican en países como Perú y Chile no son más que “copias del original”, puesto que en los festivales de vecinos países participan activamente músicos y artesanos que provienen de Oruro.




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