Es domingo, Oruro ya vive un ambiente festivo, se respiran los aires carnavaleros, pues ya se marcó el inicio de lo que será una nueva versión del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, y a la vez se inaugura la muestra de tradición popular y miniatura, que conocemos con "El Calvario".
¿Qué entendemos, en Oruro, por "El Calvario"? Sin duda la respuesta común será la descripción de la feria de la miniatura y otros objetos, además de platillos, golosinas y comida rápida, que cada domingo, entre noviembre y hasta el domingo se Carnaval se exponen y comercializan en inmediaciones de la plaza del Folklore en el área circundante al Santuario del Socavón.
¿Qué es un Calvario? Según definición del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se entiende por Calvario al "lugar, generalmente en las afueras de un poblado, en el que ha habido o hay una o varias cruces". También se define frecuentemente con el nombre de Calvario a esculturas o pinturas representando la crucifixión de Jesús. También es usado para describir grandes construcciones, esencialmente colinas artificiales construidas por creyentes. El nombre también es referido a ciertos cementerios, especialmente aquellos asociados a la Religión Católica.
Aparentemente estas dos acepciones no engranan y crean una confusión que más de una persona trata de explicarse y encontrar un sentido lógico a esto que domingo a domingo los orureños y los visitantes tenemos el agrado de apreciar y hasta degustar.
Si bien se dice que "el orureño nace bailando", también en algún grado podemos afirmar que los domingos de la temporada precarnavalera, vivimos con "el Calvario en la boca", ya sea para ser partícipes de la actividad o servir de guías para dar referencias sobre esta manifestación muy orureña, que difiere de otras ferias de la miniatura o las famosas Alasitas de La Paz.
Desde siempre o por lo menos desde inicios del siglo pasado, se escuchó decir a las madres o abuelas "vamos al Calvario", y de ahí se encaminaba el paso hacia las faldas del cerro Pie de Gallo para participar de este espacio de recreación, pero, en realidad ¿por qué tenemos que llamar Calvario? a esta enigmática expresión popular.
INVESTIGACIÓN
Y es a partir de esta confusión que el inquieto investigador Miguel Salas Aguilar, miembro de la Sociedad de Historia de Oruro comenzó a gestar una teoría que no parece estar alejada de la realidad, y que probablemente sea la más próxima a la verdad para salir de la duda colectiva.
Una inicial visita al cerro Pie de Gallo y un descenso por las faltas del custodio pétreo, ayuda a explicar la conjetura y teoría de Salas, pues todo parece decir que ésta serranía era el escenario donde se construyó un calvario.
En su investigación Salas, al margen de las pruebas de campo, como los restos de un cimiento de piedras o la demarcación de lo que pudo ser la casa de ceras, así como una piedra que al parecer formaba parte de una columna en el calvario, hizo una revisión de la iconografía de varios objetos, entre ellos la lámina de oro y plata labrada que desde Oruro se mandó a Buenos Aires en calidad de regalo en 1808 por instrucción del alcalde Eusebio del Portillo y Garay para reconocer el triunfo argentino sobre el ejército inglés, cuyo diseño original es conservado en la Librería del Congreso Argentino, donde aparece el primer escudo colonial de Oruro, ahí es claro que se diseñó como parte de la identificación orureña el cerro Pie de Gallo y la iglesia del Socavón.
También Salas posee imágenes de monedas y escudos institucionales antiguos donde se incorporaron diseños visuales de lo que hoy conocemos como el Santuario del Socavón, siempre junto al cerro Pie de Gallo en cuya cima se advierte algo como una "casita" o protuberancia cuyos restos al parecer subsisten, casi a ras del suelo.
Como otra prueba que refiere la existencia de un calvario en aquel lugar está una publicación del diario La Mañana, de marzo de 1933, donde se describe con exactitud cómo en la época de Semana Santa se organizaban procesiones hacia el Pie de Gallo.
A la acumulación de pruebas se suma la pintura de Olivares de fines del siglo XIX, donde se aprecia el cerro y en su cima una especie de "casita". También está como referencia de un centro ceremonial en el Pie de Gallo, la incalculable cantidad de restos de cerámica en la misma cima del cerro.
Con estos antecedentes, Salas ofrecerá próximamente una conferencia explicativa y documentada para formular el desafió de esclarecer el origen de "El Calvario" y a la vez es su intención consolidar un comité de defensa de ese espacio, como es el cerro Pie de Gallo, amenazado en su estructura por el desarrollo urbanístico, pues día que pasa en sus faldas aparecen casas y más casas.
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