"Sin las bandas de Oruro no hay Carnaval. Al danzarín le estará importando si paga o no su inscripción, lo que quiere es bailar con la banda Pagador o banda Poopó, porque la Morenda Central Cocanis no es Morenada Central Cocani sin esas bandas", aseguró Choque.
El dirigente sentenció a Jacinto Quispaya, indicando que para garantizar el Carnaval 2012 debe alejarse de la Asociación de Conjuntos Folklóricos de Oruro (ACFO), pues lo declararon enemigo de las bandas. Similar actitud asumieron los músicos a finales del 2008, cuando con medidas de presión obligaron el alejamiento de Ascanio Nava de la presidencia de la entidad foklórica.
"Si él quiere que se lleve adelante el Carnaval de Oruro debe alistar sus maletas e irse con su cofradía de dirigentes vitalicios con más de 25 años sin rendir cuentas a sus conjuntos; nosotros no vamos a ser cómplices de toda esa corrupción de la asociación de conjuntos", decretó Choque.
En caso de no llegar a un acuerdo en el que se elimine la discriminación que dicen sentir los músicos, y que se establezca que los danzarines no les pondrán condiciones para tocar. Choque dijo que puede ser que estén ausentes de todo el Carnaval. "Quién nos va a obligar a que participemos, obviamente hay contratos pero chantajeados, han tratado de dividirnos a la Federación de Bandas y tenemos documentalmente esas denuncias", manifestó.
El chantaje para realizar los contratos, indicó que fue hecho por orden de Quispaya, quien además es acusado por los músicos de haber "manoseado a dirigentes" y de "haberse entrometido en su institución". "Ha atentado la institucionalidad y eso es imperdonable", enfatizó Choque.
En la Federación de Bandas, dijo, "tenemos 67 bandas legalmente reconocidas, todas orureñas y un promedio de contrato está entre 3.000 a 8.000 dólares, las más caras están entre 10.000 y 12.000 pero con 160 integrantes, que no cubre la inversión que hacemos, por eso no es posible de que la ACFO maneje el 60 por ciento de los ingresos del Carnaval de que eso se va a un colchón financiero, que beneficia a dirigentes".
Afirmó que los danzarines se presentan en el Carnaval por diversión o por fe, mientras que el músico presta sus servicios profesionales y por eso se les paga.
"Pero de lo que actuamos, de lo que hacemos el protagonismo y la gala del Carnaval de eso no nos pagan. Entonces lo que queremos es que se transparente el manejo económico y que venga en ‘beneficio’ de las instituciones que somos los actores principales del Carnaval", puntualizó dejando entre ver que lo que quieren es que les llegue un monto económico de los ingresos del Carnaval para "promocionarse".
PROPIAS BANDAS
De contrapartida surgen las cuestionantes de los danzarines que critican el afán comercial, lucrativo y hasta político de los músicos, chantajeando y amenazando con no participar del Carnaval. Dirigentes y danzarines de base, de a poco comienzan a madurar la iniciativa de crear sus propias bandas de música, pues no existe norma que les imponga contratar a los miembros de la Febampo para participar del Carnaval, donde la principal protagonista es la Virgen del Socavón.
Indicaron que si de espectáculo se trata, también se deben tomar en cuenta las escenas desagradables que protagonizan los músicos cuando en estado de ebriedad se incorporan a las bandas y para nada acompañan el ritmo de las danzas.
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