Sólo en Bolivia se festeja el día de compadres y comadres en días previos al carnaval. Estudios antropológicos señalan que se trata de una tradición cultural que se repite de generación en generación con los elementos centrales como la ch’alla y un personaje, que ayer fue el compadre y el próximo jueves serán las mujeres o comadres.
La antropóloga Esther Balboa explica que la fiesta se desarrolla en medio de un contexto preciso: la comida, la bebida y el baile.
Ahora, año que pasa cada generación le da su propio toque, su propia característica de acuerdo al lugar donde viven los pobladores. En el valle alto de Cochabamba, los compadres acostumbran a visitar las casas, y cuando lo hacen llevan comida preparada con los productos propios de la zona: por ejemplo choclo con papas, soltero (ensalada de cebollas y tomates con mucho quesillo) o finalmente el tradicional puchero (papas blancas, ch’aque de arroz, carne asada, frutas cocidas y ají picante).
En Cercado, el festejo es principalmente en los mercados. Antes de empezar la fiesta, los compadres y comadres realizan una misa en homenaje a un personaje central, que es Cristo, y se llama Tata Compadres. La comida varía desde el lechón con mucha ensalada, papas y plátanos fritos con cáscara, además del choclo.
En el valle bajo, explica Balboa, la tradición es similar a la del valle alto. En las visitas, los compadres llevan comida, pero también canastas de dos frutas propias del lugar y que están en plena cosecha; el fragancioso membrillo y la deliciosa manzana camueza. Estas ofrendas son colocadas a los pies de Cristo. Entonces, son las frutas las que unen la amistad. En Tarija, los compadres intercambian uvas, duraznos, además de las “tortas”.
Como la fiesta de los compadres está forjada en el ser humano, lógicamente debe tener transformaciones, pero conservando sus elementos centrales. Cada grupo social -sigue Balboa- le agrega su propia característica. Las clases altas celebran con una parrillada; los jóvenes festejan su relación de amistad “con unas cuantas cervezas”.
El motivo es celebrar esta tradición que sólo existe en Bolivia y es la fiesta más larga, empezó hace una semana con la precarnavalera y termina en marzo.
La relación de compadrazgo tiene como base a la moral y lo ético. Se supone que cuando alguien elige al padrino para su hijo o hija, lo hace luego de una selección exhaustiva y consultas a amistades: el padrino debe ser de prestigio, una buena persona, con buenos valores, no sólo morales sino también éticos. “No cualquiera es elegido padrino o madrina”. Los compadres son en realidad los padres del bautizado, y los papás de los novios, según las tradiciones locales.
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