En Oruro se conoce a mucha gente que acepta pasar una fiesta o ser pasante de un conjunto folklórico que participa en el Carnaval, pero esta historia es distinta porque Freddy Quiroga, quien baila desde hace muchos años en la Fraternidad Artística y Cultural La Diablada, se ofreció a ser el pasante este año y vino desde Maryland, Estados Unidos, para cumplir su promesa.
Con esa actitud, queda demostrado que la fe y la devoción a la Virgen del Socavón ha traspasado fronteras y hay gente tan querendona de Oruro y su Carnaval y, por supuesto de la Mamita, que cualquier esfuerzo resulta pequeño ante la satisfacción de cumplir con su ciudad, su cultura y su fe.
Freddy Quiroga empezó a bailar el año 1964 hasta 1970, cuando se alejó de Oruro por motivos de estudio, pero luego volvió para participar en el Carnaval el año 1992, bailó tres años y, luego de una pausa, volvió en 1998, además de los dos años recientes, con lo que se hace un total de unos 14 años de ser uno de los protagonistas que se presentan danzando en el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
Según cuenta Quiroga, lo que lo motivó a bailar fue por supuesto la devoción a la Virgen de la Candelaria, "como orureño he crecido en la ciudad, he ido a su templo todo el tiempo y me he vuelto muy devoto a la Virgen del Socavón". Asimismo, dice que escogió la diablada porque "es una danza que como orureño siempre me ha intrigado, me ha atraído, especialmente en los años 60 y 50, cuando en realidad el Carnaval de Oruro era el 10 por ciento de lo que es ahora, entonces escogí precisamente la ‘Fraternidad’ que era un conjunto muy representativo de Oruro, es algo que siempre me atrajo".
A saber, la gente se convierte en devota cuando recibe algún favor de la Santa Madre de Dios y en el caso de Freddy Quiroga no es la excepción, pero en su caso comentó: "Los milagros me ocurren todos los días, el hecho de haber podido salir al exterior a estudiar, haber podido ser exitoso como profesional, el tener una familia muy bonita, dos hijos, una esposa que la he conocido acá en Oruro, desde los años 60 cuando éramos prácticamente niños y continuamos casados, la salud, el trabajo, yo creo que cada día es un milagro".
Quiroga se ofreció a ser pasante de la "Fraternidad La Diablada" por "la devoción (a la Virgen) y el cariño que le tengo a la Fraternidad, es algo que a través de los años siempre han sabido acogerme como fraternos y quería retribuir de alguna forma, no sólo a la institución sino también a la Virgen del Socavón".
Asimismo, señaló que ser pasante significó para él "devoción, folklore, fraternidad". Para cumplir esa misión se vistió de diablo y, según explica, lo hizo porque "sigo siendo un miembro activo de la Fraternidad, además porque le tengo un gran respeto al traje de diablo, quería mostrarle a la Virgencita del Socavón que sigo siendo diablo y que si me sigue dando las fuerzas para bailar lo haré".
En cuanto a su familia, señala que su esposa Mercedes Peredo de Quiroga, además de sus hijos Gonzalo y Roberto le apoyaron para participar en el Carnaval y para presentarse como pasante, pues además de ocuparse de todo el protocolo, además del diseño para el estandarte, invitaciones y otros, "toda la familia participa, está muy activa en este caso", dijo.
Quiroga expresó su deseo de participar nuevamente en la Obra Maestra, pero eso si la Virgen le da la fuerza y las condiciones para hacerlo.
Esta es la historia de un orureño que se fue hace muchos años a residir Estados Unidos y desde allí llega cuando puede hacerlo para ser parte de la Fraternidad Artística y Cultural La Diablada, historia que se repite probablemente entre otros migrantes que por alguna razón tuvieron que dejar su tierra natal, pero que no olvidan el gran amor que tienen por su Oruro, por su Carnaval y por la Virgen del Socavón.
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