Como cada año, los que pagan los ‘platos rotos’ son los edificios del centro cruceño donde se concentran las comparsas y disfrutan en las calles y garajes alquilados para la ocasión. La falta de baños públicos también contribuyó para que los carnavaleros improvisen las puertas, portones y plazas como urinarios durante el día y parte de la noche.
Este miércoles, escoba en mano y con mucha agua, los dueños de casas y de negocios volvieron a protestar por la suciedad que dejan los comparseros. “Todos los años es lo mismo, la gente no sabe cuidar la ciudad. La Alcaldía no debería dejar ingresar a las comparsas al primer anillo”, protestó una vecina.
Muchos dueños de casas protegieron las paredes con hules para evitar que sean pintadas; sin embargo, hoy se observó que incluso fueron arrancados los plásticos. Las autoridades cuidaron el ingreso a la plaza 24 de Septiembre y anunciaron multa a los infractores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario