El derroche de alegría, colorido en los trajes renovados de los danzarines y la belleza de la mujer cochabambina, estuvieron presentes en la entrada del “Corso de corsos”, que se desarrolló ayer en Cochabamba, con la presencia de miles de personas que disfrutaron del evento que cierra el carnaval en el valle.
Con un retraso de tres horas, se dio inicio a la tradicional entrada cochabambina que este año contó con la participación de unos 15.000 danzarines agrupados en 67 fraternidades folklóricas, que durante más de diez horas deleitaron con las danzas típicas de Bolivia a quienes se dieron cita en el paseo de El Prado para disfrutar de este evento que cierra con broche de oro las actividades del carnaval valluno.
“La alegría está presente en la entrada, una de las más importantes del país, que une a las familias y amigos. Creemos que no podemos quedarnos atrás. Los cochabambinos apreciamos nuestras costumbres y cultura, la belleza de la mujer, nuestras comidas y la gran variedad de danzas que hacen una fiesta de este encuentro, por eso nos visitan personalidades importantes”, sostuvo el alcalde Edwin Castellanos.
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