Con una misa de acción de gracias, el baile por el centro de la ciudad y el festejo en sus locales, terminó ayer la fiesta del Carnaval Minero o Tata Ck’accha 2012.
Como otros años se cumplió la tradición de la familia cooperativista minera con una misa en el templo de San Martín, como una ofrenda y el agradecimiento a Dios por los favores recibidos en la actividad minera, pidieron con devoción y fe un mejor año en la producción, mayor unidad en sus familias y en la actividad laboral.
Cumplido el acto litúrgico, los bailarines de las fraternidades que fueron registrados para la gran entrada del sábado salieron por las calles hacia el centro de la ciudad donde demostraron, una vez más, sus habilidades en cada una de las danzas.
Nuevamente el colorido de los trajes, la alegría de los danzantes, el ritmo de las bandas de música y la coreografía de las agrupaciones fueron apreciados por mucha gente, entre ellos extranjeros, que se apostaron en las calles por donde los bailarines hicieron su demostración.
También se volvió a ver los globos de agua que fueron lanzados en el trayecto, unos dirigidos a los bailarines y otros a los observadores que se encontraban al frente de la calle.
Luego los bailarines se dirigieron a los salones de fiestas de su propio edificio o contratado, donde celebraron y compartieron el último día del Carnaval Minero con el compromiso de volver el siguiente año con mayor fe y devoción.
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