La fiesta se apropió ayer de la ciudad. Unas 67 fraternidades, entre conjuntos folklóricos y comparsas militares, dieron vida al Corso de Corsos que, nuevamente, fue una síntesis de lo mejor del carnaval boliviano y un escenario en el que brilló la creatividad de los soldados.
“Los Gigantes del Cite” fueron ovacionados por el público. Los reclutas cambiaron el uniforme por alegorías de Los Súper Villanos y El Capitán América, quienes se batieron a duelo con pistolas de agua frente al palco oficial.
Después, de esta lucha el escenario estuvo dominado por guerreras, romanos, depredadores, guasones, arañas negras, el hombre araña, y los vikingos. Pero, también llegaron los superhéroes como Linterna Verde, Hulk, Batman, La Batichica.
No faltaron los personajes entrañables de los dibujos animados como Heidi, Los Pitufos, Sheck y Fiona, Los Mapes y otros de leyendas como dragones que echaban agua y fuego.
El público del Corso de Corsos se rindió ante la originalidad de Los Tinkus-Fu, del Regimiento Ustariz de Tolata, que demostró que la cultura no reconoce fronteras y puso a bailar tinku a decenas de chinos, ninjas y charatas, que lucieron sus quimonos y el típico sombrero oriental.
La representación completa de la serie animada de Sheck fue una de las que más cautivó a los espectadores.
En esta versión del carnaval se presantaron al menos 14 grupos de las unidades militares, donde los principales protagonistas fueron los jóvenes que realizan su servicio premilitar.
Los grupos más numerosos contaron con un máximo de 300 participantes.
El Corso de Corsos fue la culminación de al menos dos meses de ensayo y según algunos de los danzarines el esfuerzo valió la pena para que el Carnaval de La Concordia muestre todo su esplendor.
Raíces
Después de que las unidades militares levantaron el telón del Corso de Corsos la ruta se llenó de caporales, que tuvieron como sus principales protagonistas a los jóvenes.
Los varones derrocharon talento; mientras que la mujeres destacaron su belleza con coquetas coreografías y bailes sensuales.
Las chinas morenas arrancaron aplausos y suspiros en el Corso de Corsos. Las danzarinas causaron sensación con sus trajes. Se impusieron las faldas cortas y tonos plateados.
La danza afroboliviana cosechó los aplausos de los asistentes, al participar por décimo año en el Carnaval de la Concordia.
Los bailarines lucían orgullosos sus trajes. Las wiphalas y plumas sobresalieron en las danzas autóctonas. Las tarqueadas, las llameradas y los tinkus fueron los grupos más vistosos.
El presidente, Evo Morales, llegó a las 11:15 con una camisa clara y armado de una sonrisa. Pronto se convirtió en la estrella del palco.
Las reinas de belleza aprovecharon para tomarse unas fotos con el mandatario, las jóvenes del valle le invitaron duraznos, panes y hasta un zapallo. En tanto que muchas danzarinas lo invitaron a bailar.
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