Colorido, entusiasmo y creatividad resaltaron en los participantes del Corso Infantil que se desarrolló ayer en la ciudad de Cochabamba. Casi tres centenares de pequeños disfrazados, acompañados de sus padres, lucieron sus mejores galas ante los asistentes.
Desde abejitas hasta pitufos, espantapájaros, princesas, mariposas, transformers, fueron vistos en la minientrada carnavalera. Cada uno hizo su paso al son de las bandas y los equipos de amplificación.
Padres relataron que tardaron entre una y dos semanas para confeccionar los trajes, para sorprender a los jurados. Las películas infantiles fueron una fuente de inspiración para muchos de ellos.
La “pitufina” Valeria López disfrutó ayer del evento junto a la abejita Ariana Quiroga. “Es la segunda vez que participamos, buscamos y decidimos el disfraz según aquello que está de moda”, dijo Ariel López, padre de Valeria.
Santiago e Ignacio Méndez personificaron al gato con botas. “Me gusta este disfraz, lo he elegido porque me gusta el gato”, contó Santiago. Su mamá Lian tardó una semana en coser el atuendo.
Las aves de Río no estuvieron ausentes. Ángeles Fernández y su perro Dado personificaron a dos de los protagonistas del filme. “Como teníamos el perrito y le ha quedado perfecto el traje, hemos tardado una semana en hacerlo; no es difícil, cada año participamos y cambiamos el disfraz”, explicó Carla, la mamá de la menor.
Max Muncker, oficial superior de Cultura del municipio del Cercado, resaltó el buen clima que acompañó la fiesta y el trabajo de los papás. “Hay diversidad, hay mucho entusiasmo, y los participantes suman, cuando iniciamos la entrada eran 215 inscritos, pero ya pasaron más de 290”, señaló.
El astro rey acompaño el baile y fue aprovechado para el juego con agua y espuma. Niños y adultos disfrutaron de los chapuzones con sus globos y chisguetes.
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