De acuerdo con tres artesanos consultados por Página Siete, la fabricación de las matracas demanda al menos dos meses de trabajo.
“Como es un trabajo muy detallado, debemos iniciar la labor dos meses antes de la entrega”, aseguró Iván Vargas, del taller Creaciones Monarca.
Según el artesano, en ese tiempo se concluyen las cerca de 1.000 instrumentos que solicitan, en promedio, las fraternidades. Él, por ejemplo, recibió los pedidos en enero pasado.
En cuanto a los precios, Vargas señaló que un par de matracas -para la pareja de morenos- cuesta entre 100 y 120 bolivianos.
El artesano Raúl Condori también considera moroso su trabajo. “Hay que ocuparse del pintado, el secado, el decorado y la colocación de los adornos en cada pieza”, sustentó.
Condori contó que “a veces son las mismas fraternidades las que traen sus diseños de matraca, pero en la mayoría de las ocasiones nos piden que nosotros innovemos”.
Los dos artesanos coincidieron en señalar que ésta es una temporada alta para su trabajo, por lo cual acuden a sus familiares, amigos, compadres y hasta ahijados para garantizar el trabajo a tiempo.
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