Al son de pinquillos, zampoñas y tambores, 14 conjuntos de las provincias Omasuyos y Los Andes demostraron ayer con pasos alegres y vestimenta nativa la riqueza folklórica del altiplano, en el XX Festival de Música y Danzas Autóctonas de Compi Tauca.
Desde tempranas horas, cerca de 1.000 espectadores de diferentes comunidades llenaron el estadio aymara Compi, ubicado a 87 kilómetros de la ciudad de La Paz y a orillas del lago Titicaca. Siempre atentos y aplaudiendo a las presentaciones permanecieron hasta el final del espectáculo.
“El objetivo es rescatar nuestra cultura y difundirla a todos, son 20 años que lo hacemos”, dijo Lucio Chipana, presidente organizador.Waca waca, khena khena, auqui auqui, sicuri, mohoseñada y otras danzas deleitaron al público al son de sus ritmos alegres y pasos cadenciosos. En ellas también participaron niños.
Las risas tampoco dejaban de escucharse, principalmente cuando los kusillos, agarrando un manojo de pajas en sus manos, golpeaban a los toros, interpretados por otros danzarines, quienes para defenderse les corneaban hasta hacerlos caer al piso.
“Es la primera vez que nos presentamos en el festival. La ropa, ponchos y aguayos, la hemos hecho nosotros con lana de oveja. Nuestros abuelos la bailaban”, indicó Humberto Laime, del conjunto Qitha Chumeño, de la comunidad Palcoco. Los danzarines llevaban pelo largo, para lo cual usaron cola de cabalo, además de sandalias hechas con la piel de oveja y tenían la cara pintada.
Además participaron las comunidades Amasi, Tauca, Llamacachi, Compi Central y otras.El festival comenzó el sábado con la exposición de lo mejor de su ganado y gastronomía típica del lugar, como sopa de pescado, ají de arveja y de papalisa, pesque y más. También se efectuó una carrera de bicicletas de varones.Colores. Cerca de las 08.30 de ayer, se realizó la competencia de balsas, en la cual tres competidores recorrieron cerca a 1.000 metros (ida y vuelta) por el lago Titicaca. Minutos después, le tocó a las mujeres de pollera dirigir el manubrio de sus bicicletas. Compitieron nueve y ganaron dos hermanas.
El festival mostró, además, una variedad de artesanías, desde tejidos, como mantas de alpaca, corpiños, ajuares de bebé, pantalones, chompas y otras. También objetos decorativos hechos con totora, como balsas y llamas, y carteras confeccionadas con lana de oveja.
Los productos fueron elaborados por mujeres de cantones cercanos al lago, como Sancachi y Chúa Cocani.El festival se inauguró en 1965 y se desarrolló anualmente hasta mediados de los 70. Luego de forma discontinua, hasta que fue repuesto en 2005.
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