Agitado y con el rostro empapado en sudor, Philipp Schauer, embajador de Alemania, mueve su matraca e iguala los pasos del bloque de morenos de la fraternidad Señorial Illimani. “Estoy un poco cansado, pero lo hacemos por fe. Es también una forma de ser parte de Bolivia”, dijo. Luego saludó sonriente al público que recibió con aplausos y gritos de aliento al grupo de 42 diplomáticos que bailaron ayer por primera vez en la entrada del Señor Jesús de Gran Poder.
No fue el único. El bloque, uno de los más aplaudidos por el público, estuvo compuesto por diplomáticos de Alemania, Dinamarca, Francia, Panamá, Colombia y Estados Unidos, según informó Miriam Miranda, directiva de esa morenada que ingresó a las 7:30 de la mañana.
Sonriente y cantando el estribillo: “Viva, Viva el Gran Poder”, John Creamer, el encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos, no dejaba de moverse y saltar. “Fue una maravilla. Estoy un poco cansado, pero estoy muy feliz. Me encanta el folklore boliviano y gracias a Dios puedo hoy (ayer) bailar. Espero que pueda cumplir los tres años. Vamos a ver, ojalá que se pueda”, dijo el diplomático. Confesó que aguantó el recorrido gracias al apoyo y el cariño de la gente paceña.
Sin dejar de mover su matraca, un barril plateado decorado con los colores de la tricolor Morten Elkjaer, el embajador de Dinamarca, expresó que “es un sueño cumplido bailar en la fiesta del Gran Poder y disfrutar de la cultura boliviana”.
“Todo fue fácil. Creo que tuvimos algunos errores (al bailar), pero lo más importante fue la alegría”, dijo. Estaba acompañado por su esposa y ambos no dejaban los ritmos de la morenada, pues en las cinco semanas de ensayo aprendieron varias de los pasos de este ritmo. Al ser consultados de si cumplirían la promesa de los tres años, ambos respondieron: “Por qué no, el próximo año también bailaremos. Su morenada es muy hermosa”.
Orgullo de su traje. Afranio Herrera, el embajador de Panamá, aseguró que nunca olvidará su paso por la Entrada del Gran Poder y que será una experiencia que contará a sus nietos. No dejaba de moverse. Con una mano sujetaba su máscara de moreno y con la otra saludaba a la gente. “La idea de nosotros como embajadores es conocer la cultura boliviana y tratar de participar en todas las expresiones de Bolivia”, comentó.
El embajador de Panamá confesó que fue invitado por un amigo diplomático y que no dudó ni un instante en aceptar la propuesta, a pesar del ajetreo y los compromisos de la diplomacia. “Espero bailar al próximo año y mientras estemos acá en Bolivia, cumplir la promesa”, sostuvo.
Durante la fiesta
El Tata La imagen de Jesús del Gran Poder, que se encontraba en la puerta del templo, fue custodiada a lo largo del día por el coronel René Cordero, quien junto a un grupo de cinco policías tenía la misión de evitar que los danzarines se aglomeren en torno a la imagen.
Alemania Una grupo de la delegación diplomática de Alemania en Bolivia madrugó y se posesionó en el palco que habilitó el municipio para apoyar y aplaudir al embajador Philipp Schauer, quien bailó ayer de moreno.
Visita Luego de bailar junto a la Señorial Illimani, el encargado de negocios de Estados Unidos, John Creamer, y su esposa Liza pasaron por los palcos habilitados por el gobierno municipal de La Paz para saludar a las autoridades. Luego partieron a Cochabamba.
Alcalde Desde las primeras horas de iniciada la fiesta, el alcalde Luis Revilla no dudó en acompañar a los danzarines. Bailó al ritmo de la morenada, los caporales y hasta la kullawada. Sin embargo, su emoción se hizo más visible cuando pasaron por el palco Los Catedráticos, la fraternidad a la que pertenece .
Vicepresidente Emocionado con el paso de los morenos, la autoridad prometió bailar toda la mañana junto a los danzarines. “Bailaremos morenada. Luego me voy al estadio y (si ganamos) luego volveré a bailar morenada para celebrar”, señaló.
Gobernador La autoridad departamental seducida por el colorido y la emoción de los danzarines aseguró trabajar junto con el presidente Evo Morales para que la fiesta mayor de los Andes sea declarada Patrimonio de la Humanidad.
Palla Gisel Morales, la soberana del Gran Poder 2012, no pasó desapercibida. Muchos turistas y autoridades aprovechaban para tomarse fotos con ella.
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