La fiesta andina del Gran Poder, la mayor de La Paz, se celebró ayer con derroche de color, de fe y de ritmo con la participación de unos 40.000 danzarines, entre los que estaban el encargado de negocios de Estados Unidos en Bolivia, John Creamer, y los embajadores de Alemania, Colombia, Dinamarca y Panamá.
Esta celebración nació a principios del siglo pasado con fiestas indígenas en barrios populosos, pero se convirtió en un desfile folklórico alrededor de 1940.
Sesenta y cuatro fraternidades recorren bailando en ofrenda al Señor Jesús del Gran Poder, el patrono de la fiesta, los ocho kilómetros que dista el barrio Garita de Lima, en el noroeste de la ciudad, del centro de la sede de Gobierno. Según la tradición, los danzantes prometen bailar durante tres años en honor del patrono, a cambio de que este atienda sus peticiones. La danza principal es la morenada.
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